A pesar de la prohibición establecida en la Ley Federal de Juegos y Sorteos y su reglamento, en Tapachula, las máquinas tragamonedas o “minicasinos” operan sin restricciones y a plena luz del día.
Estas máquinas, comúnmente encontradas en pequeños comercios, siguen atrayendo a jugadores de todas las edades, a pesar de las limitaciones legales impuestas a su funcionamiento, ya que se puede observar a jóvenes y personas de la tercera edad.
En un recorrido realizado por Diario del Sur en el centro de la ciudad, se pudo constatar que más de una veintena de establecimientos operan con estas máquinas a plena luz del día, sin enfrentar ningún tipo de sanción o control visible de parte de las autoridades competentes.
En el corazón de Tapachula, estas máquinas se han vuelto una atracción común de personas de todas las edades que prueban su suerte para ganar algo de dinero invirtiendo pequeñas sumas económicas.
Alfredo Cordero, abogado y representante de la Asociación Civil Nueva Generación Vinculación Social, señaló que la instalación y operación de estas máquinas en establecimientos no autorizados está prohibida, pero nadie hace nada para su regularización o funcionamiento.
“Ese tipo de máquinas tragamonedas puede generar conductas adictivas en personas vulnerables, lo que las convierte en un riesgo latente para la sociedad, por lo que debe haber algo para su regularización”, expresó.
Añadió que toda la ciudad se está llenando de los conocidos como minicasinos, principalmente en el centro, donde vemos que solo una pared divide a estos negocios que tienen hasta 30 maquinitas.
Precisó que en años anteriores se había controlado este problema por los operativos que hacían las autoridades, pero actualmente se les puede ver tanto en la zona rural como en la urbana de la ciudad.
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“Esto se convierte en una adicción, principalmente para los niños y jóvenes, por lo que los padres de familia deben tener cuidado con sus hijos, ya que es necesario prevenir y evitar que los jóvenes se conviertan en futuros delincuentes por la necesidad de jugar”, abundó.
Puntualizó que son una bomba de tiempo estos minicasinos, ya que los principales mercados de la ciudad: San Juan y Sebastián están llenos de estas máquinas tragamonedas que envician a la juventud que se puede perder.