En su mensaje dominical, el obispo de Tapachula, Jaime Calderón Calderón, dio a conocer que preocupa a la iglesia católica el incesante flujo migratorio en la frontera sur.
Dijo que quienes viven en esta zona del país todos los días observan sobre la carretera costera flujos de personas, entre ellos, niños, jóvenes, mujeres embarazadas y adultos, que caminan con la intención de llegar a los Estados Unidos.
Señaló que todos caminan bajo los incandescentes rayos del sol, con temperaturas extremas, poniendo en riesgo su integridad física y hasta la vida, solo por alcanzar el llamado sueño americano.
Indicó que es lamentable como se sigue abusando de los hermanos migrantes, que tiene la necesidad de continuar su camino, a costos muy altos y peligrosos, muchas veces bajo la complacencia y la mirada de muchas autoridades.
El obispo detalló que como iglesia no se debe de permitir quedarse callado e indiferente ante la difícil situación que atraviesan los hermanos migrantes, por lo que es necesario ayudar desde las posibilidades.
"No podemos ver los problemas solo desde la ventana, observando solo los abusos que son víctimas los hermanos migrantes, es urgente cambiar nuestra actitud y ayudar a quienes solo han salido en busca de mejores condiciones de vida para ellos y sus familias", sostuvo.