Un molino de nixtamal, tiene como principal función triturar granos de todo tipo desde maíz, arroz, café entre otros desde su tamaño real hasta convertirlos en finos polvos.
En Huixtla en la actualidad solo quedan dos molinos tradicionales que están en manos de una misma familia por cuarta generación, quienes los trabajan con motores trifásicos.
Don Alfredo Concepción Valdivieso Trinidad junto a su familia, actualmente administran los molinos que son parte de la historia de Huixtla, cuya actividad se ha convertido en un icono o reliquia de la antigua ciudad de la Piedra y aunque a veces ya es difícil conseguir algunas de sus piezas, por años han logrado mantenerlos y dar el servicio de molienda a la gente.
Destacó que quien inició el negocio de los molinos en Huixtla fue su bisabuelo don Mariano Guadalupe Valdivieso Torres; después fue heredado a su abuelo Alfredo Concepción Valdivieso, para luego quedar en manos de su papá, don Víctor Omar Valdivieso y actualmente es él quien continúa trabajándolos.
Apuntó que este negocio les ha dejado experiencias únicas con los clientes, por lo que siempre han tratado de atenderlos de buena manera, ofreciéndoles una buena molienda de sus productos para que se vayan contentos con el servicio, permitiéndoles mantener una clientela e incluso lograr que acudan con ellos personas de otras localidades cercanas.
Dijo que entre los productos que pasan por sus molinos están granos como es el café, cacao, pinole, tascalate, avena, soya, frijol seco, maíz crudo que ocupan para alimento de pollos, cerdos y el ganado, además de también moler maíz para masa para tortillas, tamales, mole, chiles como el chile ancho, guajillo, frijol para pasta, arroz y coco para horchata.
Los molinos se encuentran instalados en la Avenida Matamoros Sur en el barrio San Francisco, y en el barrio Guadalupe sobre la Calle Lerdo de Tejada y el Malecón trabajan todos los días y para atender asuntos especiales mantiene una línea telefónica abierta para sus clientes, acostumbrando a abrir el negocio a partir de las 6 de la mañana.
“Los molinos prácticamente siempre se han sostenido solos, siempre hemos sobresalido a pesar de las circunstancias difíciles, desde el huracán Stan que ya tiene rato, le hemos echado ganas”, apuntó.
Indicó que encontrar piezas para los molinos algunas veces ha sido bastante difícil por lo que han tenido que viajar a Guatemala, Centroamérica, ya que en esta región no las encuentran, llegando al grado que han desarmado molinos para armar otros y así poder seguir trabajando, considerando que los costos por kilo de molienda en cada producto considera que no es alto, mientras un molino de este tipo puede llegar a costar hasta los 50 mil pesos.
Remarcó que antiguamente se observaba más este tipo de molinos en cualquier comunidad de los municipios de la región, pero en Huixtla, actualmente solo trabajan dos y tratan de no desaparecer.
El olor que se percibe en estos molinos es reconocido por los mexicanos ya que la base de la alimentación es el maiz, tal como lo refieren libros desde épocas prehispánicas como el Popol Vuh.
Finalmente explica que para poder moler estos productos, el compra piezas de piedra en forma de discos, que tienen un costo hasta de 500 pesos, pues el tallado con estas que logra molerse el producto, debiéndose pasar varias veces hasta lograr la finura del producto que el cliente desee.