No es suficiente con creer en Dios y dejárselo todo a Él, Mónica es el vivo ejemplo de alguien que enfrenta la vida con absoluta actitud positiva y que mira el mundo con sencillez y humildad… Es la mujer que fue electa democráticamente reina de la FIT en 1978.
¿Quién no conoce a Mónica Valdez? Ella es uno de esos personajes que a través de su carisma y sencillez se ha hecho merecedora de un lugar envidiable en la sociedad; amén a ese trato humano y sello característico que es peculiar en ella y en todos sus hermanos, con pequeñas diferencias graduales…
Te puede interesar: Las Juchitas, una historia sazonada con amor
Su vida está marcada por la felicidad y aunque pocas veces podemos creer tanta generosidad de la vida hacia una persona, ella es un ejemplo fiel que la actitud con que enfrentes la vida, será el resultado al final de cada día, en cada misión y en cada proyecto que te involucres.
Es la cuarta heredera de aquel hogar que dejó buenos recuerdos en esta tierra maravillosa, el Dr. Federico Valdez Hernández y María de Lourdes Galán De La Peña. Vio la luz por primera vez el 17 de febrero de 1961 y desde pequeña, quienes la conocieron, pudieron suponer que no se trataba de una niña común, sino de una mujer que conseguiría todo en la vida a través de su noble corazón.
Cursa su educación primaria y secundaria con las hermanas guadalupanas en el prestigiado colegio católico Constancia y Trabajo en donde, además, provocó en las monjas dolores de cabeza por su inquietud que la llevó desde entonces a convertirse en una niña popular que le encantaba la vagancia y el deporte, por lo mismo, se convierte en integrante del mejor equipo de voleibol de DICONSA.
Así, cuando estaba a punto de cumplir 15 años, en medio de una noche de gala y envidiable, como la que muchas mujeres desean tener, en el Country Club, junto con otros seleccionados, es galardonada como “la mejor propuesta del deporte del año”. Así lo escribió en sus notas periodísticas en aquellos años el buen amigo Emilio López (Kung Fu)
El bachillerato lo realiza en el Colegio Miguel Hidalgo del extinto formador de tantas generaciones, el padre Ezequiel Nieto Fuenlabrada. Y es en esa temporada de su juventud, cuando ya gozaba de una identificación plena con la gente del pueblo, que se convierte en la representante de la Cámara de Comercio de Tapachula, como su embajadora, en un concurso que desafortunadamente no trascendió y tampoco se tomó como modelo para los años siguientes.
Sí, Mónica Valdez Galán, integró aquel inolvidable grupo de 29 jovencitas que representaban a distintos sectores de la sociedad tapachulteca y que concursaban para ser reina de la Feria Internacional Tapachula 1978. Fue la única ocasión que se le dio oportunidad a todas las jóvenes para participar.
El resultado, no hay necesidad de redactarlo con lujo de detalles, todo el gentío vitoreó su triunfo en donde representantes de Turismo del estado de Chiapas, incluyendo a la Srita. Turismo, que se elegía por su vasta cultura y belleza, estuvieron presentes en esa elección que se llevó a cabo ante la presencia de todo el pueblo en la explanada de la extinta FIT.
Pero Mónica no era únicamente la representante de una asociación civil que en aquellos años gozaba de honorabilidad y prestigio, sino una mujer que desde los trece años tenía una comprometida relación con Dios. Una enfermedad grave diagnosticada en su madre, la compromete en un ministerio que se convirtió en su catecismo de vida.
Ha sido la reina de la FIT más recordada porque rompió con la tradición de usar un vestido de charra. A ella le creó su vestido el famoso diseñador Gilberto de Alba, un diseño egipcio, semejante al de Cleopatra, argumentando que, entre el México Prehispánico, y la cultura de Egipto y Sudamérica, formaban un precioso triangulo.
Ta vez el diseñador no estaba tan equivocado. El presidente de la FIT en esos años era Jesús del Carmen Calcáneo Beltrán (Chito), y acompañando a la reina iban encantadores pajes vestidos de Magos de Oriente.
Nos referimos a una época en que la Feria Internacional de Tapachula, estaba en un sitio accesible, un espacio seguro y dentro de la ciudad; lo de hoy, es lo que resta de aquellos 50 años de historia de una feria que la disfrutaban todos los tapachultecos y visitantes extranjeros.
Como muchas integrantes de la nobleza tapachulteca, su reinado de la FIT también estaba marcado por el romance, y era Fernando Necochea, el hombre que tenía entre sus planes, convertirla en su esposa, así que a pesar de su juventud, pero convencida de ese paso y que era para siempre, el 14 de julio de 1978, en la iglesia de San Francisco de Asís, en el Distrito Federal; Mónica Valdez y Fernando Necochea, se casaron para siempre.
En ese año Mónica se desprende de la frívola corona de reina de la FIT, para convertirse en reina, pero de su casa…
Después del matrimonio su vida cambió, por supuesto, en enero de 1979 nació su primogénito a quien le dieron de nombre “Fernando”, al año siguiente en 1980 llegó Mónica. Era una mujer muy joven cuando el 8 de septiembre de 1984, pierde a un hijo, el tercero que llevaba en sus entrañas, pero exactamente un año después, el mismo día y fecha pero de 1985, Dios la consuela con la llegada de José Pascual.
Se convirtió en madre de tres hijos y se sumó a un hogar en donde participó con su cerebro de fenicio como encargada de Miel Kamico, después fundó una pequeña empresa de chorizo casero durante cinco años hasta convertirse en una experta vendedora de bienes y raíces a lo largo del resto de su existencia.
Pero la existencia extraordinaria de esta mujer que mira la vida con optimismo, no es caminar como miel sobre hojuelas: Ha padecido todos los males cotidianos de cualquier mortal común, ha tenido un hogar con crisis, se ha “tronado” los dedos para resolver junto con su compañero uno y cien problemas más que producen tres hijos que estudiaron en la mejor universidad del país, porque bien dice Mónica, que “además de amor, una profesión es la mejor herencia para un hijo”.
Así que no existe nada en la vida que Mónica no haya padecido y todo lo ha disfrutado, solo que una mujer como ella que “actúa” con optimismo y deja todo en manos de Dios, lo enfrenta y lo resuelve con entera confianza porque está consiente que Éste no bajará a hacerlo personalmente, pero que estará a su lado a la hora de ejecutarlo. Ha enterrado a sus padres y ha agradecido a Dios la fortuna de poderlo hacer, como una lógica consecuencia generacional de que los hijos enterremos a los padres, y esto, es una bendición de Dios.
En el año 2005 el Dr. Angel Barrios Zea, la invita para que colabore con él en su gabinete al frente de la biblioteca municipal convirtiéndose después, gracias a su capacidad, en directora de Educación, combinando desde luego su oficio de esposa y madre, así como de otras actividades que realizaba como ser integrante activa del extinto grupo ANSPAC y sus clases de catecismo que ha impartido toda su vida.
Uno de los premios que ha conseguido gracias a la educación y principios que inyectó en sus hijos es haberlos convertido a los 3 en profesionistas valiosos y competentes, pero sobre todo, tres hijos con buenos valores y principios que día a día son el testimonio de nuestra entrevistada,.
Y sucede que, cuando Angel Barrios es destituido como presidente municipal ocupando su lugar el Sr. Eduardo Reyes quien, al estar soltero, decide elegirla en el año 2007, para que dirija el DIF.
En efecto. Mónica Valdez Galán, con esa generosa universidad que le ha dado la vida, se convierte en la presidenta del IDH, ocupando un sitio que muchas mujeres con profesión y maestría hubieran deseado tener. Su cultura del esfuerzo y del trabajo la han llevado a través de la vida a ocupar un lugar honroso en la sociedad.
En la vida social, pública y familiar, esta mujer de sobrada energía se caracteriza por ser una mujer carismática y generosa, su sola presencia anuncia siempre a una mujer universal, con valores y principios, una dama que siempre tiene esa palabra dulce no solo para los suyos, sino para toda la gente que se cruza en su camino sin distinción alguna, pero la clave fundamental de su éxito de vida, es sin duda, su ACTITUD con que enfrenta todos los días la misma vida.
Después, al ganar la elección como presidente de Tapachula Ezequiel Orduña Morga, en una contienda difícil que derrotó al candidato oficial porque el pueblo se impuso, Mónica estaba entregando el IDH a Alejandra Cruz Toledo, cuando el presidente actual la invitó a sumarse a su equipo en la secretaria de Turismo Municipal. Un nuevo reto en donde Mónica trabajó con la misma pasión que aplica en todo lo que hace.
Su llegada a la Secretaría de Turismo, despertó alegría en muchos, pero también las envidias, y no faltó el lidercillo que se atrevió a hacer política sucia para arrebatarle el puesto, pero Mónica no es una mujer de competencias, sino un ser humano con demasiado garbo y entusiasmo, incluso para tripular un avión sí hubiera necesidad. Así que, ante este nuevo reto, ella se propuso simplemente a dejarse llevar y a realizar todo con la misma pasión, ingenio y creatividad de siempre.
Otra vez se encomendó al mismo Señor sin dejarle todo en sus manos, y comenzó a dirigir esta secretaría con la misma actitud humilde de siempre. Creó “La Primer Feria Turística del Soconusco” en donde galardonó a marimbistas; se realizó el primer recetario con sabores del Soconusco y en donde más de trescientas personas estuvieron exponiendo durante dos días en medio de una feria que dejó buen sabor de boca.
Mónica es una de esas mujeres que no tiene sueños pendientes ha realizado casi todos, porque ha aprendido a ser feliz con lo que la vida le ha dado. Su mayor fortuna son sus hijos; Fernando, Mónica y José Pascual , sus nueras y sus 9 nietos, el resto de la riqueza se la debe a la gente con la que todos los días convive, y con aquellos que, en un simple saludo, le demuestran que, entre humanos, podemos fundar un mundo mejor.
Mónica agradece a Dios 44 años de matrimonio al lado de quien ha sido su mejor compañero. Su único sueño hoy es mantener a su familia unida, pero sobre todo, con amor y fe en Dios.
¿Quieres recibir las noticias a tu WhatsApp? Manda la palabra ALTA ⬇️
Ella es de las mujeres que mantiene un catecismo con la doctrina que, todos los días se debe abonar, construir a que la familia siempre esté unida, solida. Hoy con 47 años como catequista, fuerte e inquebrantable, es Mónica, la ex reina de la FIT, que hace 45 años, fue electa democráticamente.
Esta es la obra cumbre de la vida de Mónica, es el proyecto calificado casi como una “misión imposible” que a menudo la despierta, le quita el sueño y se encomienda a Dios, sin dejárselo solo a Él, porque a su paso así como ha logrado otros sueños, desea seguir viva, firme con el amor de sus hermanos, su familia y su esposo, este es uno de sus sueños que desea siempre mantener a punto de turrón y seguir siendo el pilar de la familia que ama.
Finalizo este diálogo que hoy le comparto convencido que, hablar todos los días de Dios, encomendarse a él y vivir como él quiere, no es suficiente, porque debe también tomarse de ejemplo la vida de esta mujer que actúa y vive con la misma devoción a Dios todos los días.
Comenarios:morancarlos.escobar1958@gmail.com
