En Chiapas hay un millón 459 mil 648 personas mayores de 3 años que hablan una lengua indígena, de los cuales 936 mil 265 son mujeres, distribuidas en diversas regiones del estado.
De acuerdo con el Conteo de Población y Vivienda, 29 por ciento de la población total de Chiapas es de origen indígena, principalmente de los grupos tsotsiles, tseltales, tojolabales, choles, zoques y lacandones.
Las mujeres indígenas en Chiapas sobreviven en un contexto de violencia, derivado de la situación de alta marginación y pobreza histórica en el estado.
Problemáticas que enfrentan mujeres indígenas en Chiapas
El representante del Consejo Nacional de los Pueblos Indígenas en Chiapas, José Castañón Ramírez, dio a conocer que manera histórica las mujeres indígenas en el estado, se han enfrentado a distintas adversidades que las convierten en unos de los sectores más vulnerables, a pesar del papel preponderante que desempeñan en los grupos étnicos.
Dijo que Chiapas es de los estados más pobres del país, y las mujeres indígenas enfrentan una mayor vulnerabilidad por su género, lo que impacta en su bienestar y desarrollo.
Señaló que graves condiciones pobreza, la discriminación por género, la falta de acceso a servicios de educación, salud y justicia, son obstáculos para el desarrollo pleno de niñas, adolescentes y mujeres en comunidades autóctonas.
Pobreza y desigualdad
Isabel Méndez, representante de Mujeres en Movimiento para la Liberación Nacional, afirmó que muchas mujeres indígenas viven en comunidades rurales donde la pobreza es extrema, limitando su acceso a servicios básicos como educación, salud, y agua potable.
Detalló que las mujeres indígenas suelen tener menores niveles de escolaridad comparadas con otros grupos en México, ya que la mayoría no tiene ni la primaria terminada.
"Muchas niñas abandonan la escuela a una edad temprana debido a la necesidad de apoyar en las labores domésticas o por falta de recursos económicos, lo que afecta aún más el ciclo de pobreza y limita sus oportunidades laborales en el futuro", abundó.
Sin acceso a la salud; sufren por violencia de género
El integrante del consejo regional Maya Mam, Diego Toj, expresó que las mujeres indígenas en Chiapas tienen un acceso limitado a servicios de salud de calidad. Las tasas de mortalidad materna e infantil son elevadas en comparación con el promedio nacional y muchas enfrentan dificultades para acceder a atención médica debido a barreras geográficas, económicas, y lingüísticas.
Enfatizó que estas mujeres no tienen acceso a estudios especializados, incluso, durante la etapa del embarazo son atendidas por las parteras tradicionales, ya que muchas veces por el rubro geográfico difícilmente pueden acudir a una institución de salud.
"Realmente el acceso a la salud en las comunidades indígenas es una de las principales carencias, las mujeres son en su mayoría atendidas por los curanderos tradicionales o bien durante el embarazo no acuden a un Centro de Salud, sino con las parteras tradicionales", sostuvo.
Isabel Méndez, representante de Mujeres en Movimiento para la Liberación Nacional, destacó que la violencia de género contra las mujeres continúa siendo un problema grave en Chiapas y las indígenas u originarias están particularmente en riesgo.
Dijo que factores como la discriminación, el machismo y la falta de protección legal contribuyen a la vulnerabilidad de estas mujeres, además, muchas veces la violencia no se denuncia debido a la falta de acceso a la justicia y al temor a represalias.
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Mujeres indígenas se dedican a labores agrícolas y producción artesanal
Diego Toj, integrante del Consejo Regional Indígena Maya Mam del Soconusco (CRIMMS), mencionó que la mayoría de las indígenas en Chiapas se dedican a la agricultura de subsistencia, trabajos informales o a la producción artesanal.
Sin embargo, su participación en la economía es limitada, y enfrentan discriminación en el mercado laboral, los ingresos que generan suelen ser bajos y no suficientes para mejorar significativamente su calidad de vida.
"Las mujeres indígenas están a menudo sujetas a roles tradicionales de género que las colocan en posiciones subordinadas dentro de sus comunidades. Estas expectativas culturales pueden limitar sus posibilidades de educación y trabajo fuera del hogar, y perpetuar la desigualdad de género", finalizó.
