La crisis humanitaria que agobia a los municipios de la frontera sur de Chiapas a causa de la migración de personas centroamericanas, caribeñas y extra continentales, ha ocasionado que muchos migrantes al no conseguir empleos, opten por otras prácticas, cómo ejercer el trabajo sexual sin que se conozca la existencia de una regulación alguna.
Todos los días, mujeres de diferentes nacionalidades (especialmente cubanas y centroamericanas) ofrecen sus servicios sexuales a través de las redes sociales o en bares y cantinas e incluso en las calles, sin que midan las consecuencias que podrían haber, como el adquirir alguna infección de transmisión sexual o ser victimas de la violencia de género.
Elsa Simón Ortega, presidenta de Por la Superación de la Mujer, reconoció que el incremento del comercio sexual de mujeres migrantes aumentó este 2019 y aunque se sabe que algunas lo hacen bajo consentimiento de sus parejas, se necesita investigar que no sean víctimas de violencia por parte de sus propios esposos, lo cual corresponde a la misma autoridad.
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En Tapachula la población de mujeres migrantes de varias edades han ido en aumento en lo que va todo el 2019, en dónde muchas por no haber podido obtener su carta de refugiado, se mantienen varadas en Tapachula u otro municipio que por la misma necesidad, se les hace mucho más fácil trabajar en el servicio sexual.
Por último, Simón Ortega recalcó que es importante instalar un centro de regulación a favor de los migrantes, el cual aclaró que no solo corresponde al sanitario, si no también de vigilancia para que los derechos humanos de las personas migrantes no sean violentados.