La inserción femenina en el ámbito policial ha adquirido una relevancia significativa, para nadie es un secreto las dificultades a las que se enfrentan a diario las uniformadas, donde la inteligencia, fortaleza, capacidad y habilidad son las cartas de fortaleza con las que se agrupan 150 de ellas a los 650 efectivos varones que pertenecen a la base de Secretaría de Seguridad Pública Municipal en Tapachula.
Diario del Sur entrevistó a dos de sus destacadas elementos femeninas, quienes hablaron sobre algunos de los desafíos que han debido enfrentar, cómo los han superado y el porqué de su dedicación a la corporación policiaca.
La idea de servir a la ciudadanía y pertenecer a una institución policial fueron los motivos por los que Lucy se integró a la corporación desde el año 2009, por lo que actualmente lleva 15 años de servicio.
Ha luchado con tenacidad reportando buen desempeño, por lo que sus resultados han sido sus mejores cartas de recomendación, enfrentando a delincuentes cuerpo a cuerpo, evitando asaltos, deteniendo a sujetos por violencia en contra de su pareja, donde su habilidad y profesionalismo al actuar le han permitido que hoy sus jefes inmediatos la hayan puesto como subjefa de grupo, cargo que no había desempeñado antes una mujer.
“Efectivamente ahora tengo a más de 20 elementos hombres a mi cargo en los sectores nororiente y poniente de la ciudad de Tapachula. Trabajamos en coordinación y el adaptarse dio buenos resultados. Gracias a mis superiores logré con mis capacidades desempeñar el cargo que porto con la frente en alto. He coadyuvado en problemas sobre mujeres violentadas, apoyado el acompañamiento de víctimas y actualmente curso el IV semestre de la carrera en derecho. Me siento orgullosa de que nuestras capacidades sean reconocidas y no estemos en el anonimato. Mi familia me ha dicho que con esta nueva encomienda tienen miedo porque ahora es mayor responsabilidad, pero les recalcó que desde que quise ser policía y entré ya sabía que hasta podría perder la vida”, puntualizó.
La entregada oficial tiene el objetivo de seguir estudiando y concluir la carrera de derecho e indica que servir a la sociedad le da mucha satisfacción, pero siempre buscará continuar escalando hasta que Dios se lo permita.
Otra guerrera que ha sobresalido en la policía es Carolina N, encargada de la Unidad de Protección a la Mujer con tres años de antigüedad y con siete unidades oficiales de la Policía Violeta. Tiene 28 elementos a su cargo de los cuales la mitad son hombres, por lo que la responsabilidad y seguridad de los auxilios para las mujeres violentadas son atendidos de manera precisa para evitar cualquier situación.
“Sí, se me hizo difícil tener el mando como mujer. Al inicio los subordinados tenían un poco de incertidumbre pero demostré mi compromiso, asimismo el personal masculino que labora con nosotros pasa por un filtro de seguridad, primero en los exámenes de control y confianza, el psicológico y ninguno debe contar con denuncia por violencia familiar o de algún otro tipo. Recuerdo un caso que me dejó marcada donde un sujeto violento se había encerrado en una vivienda. Había provocado una fuga de gas en un cilindro y con ello tenía de rehénes a su pareja junto con un menor. Afortunadamente se actuó con el protocolo de seguridad y se rescató a ambos sanos y salvos”, afirmó.
La titular de la Policía Violeta dijo que portar su uniforme azul es sinónimo de lealtad, compromiso, entrega y disciplina, por lo que seguirá luchando por todos sin distinción alguna, también su familia ha sido su pilar para seguir adelante siempre, recibiendo felicitaciones, sus resultados han evitado decesos y sobre todo sacar de la calle a agresores.
Ambas guerreras se han posicionado dentro de los 800 elementos que conforman la corporación; para ellas en su vocabulario no existe el miedo, su decisión, comportamiento y el arma que traen consigo a diario son las herramientas para combatir a los malhechores con la frente en alto.