Un grupo de mujeres del ejido Azteca, en el municipio de Cacahoatán, trabaja desde hace 15 años en la preservación de conocimientos ancestrales y el desarrollo de productos naturales para el cuidado de la salud y la belleza. Encabezadas por Emelda Pérez Solís, integrante del grupo "Mujer Nativa", estas mujeres han encontrado en su biodiversidad local la clave para elaborar productos como shampoos, geles y tinturas.
El proyecto surgió en 2009 como una iniciativa para rescatar los conocimientos de generaciones pasadas. "La mayoría de nosotras somos mujeres de la tercera edad y hemos aprendido a transformar las recetas tradicionales en productos como pomadas y geles", explicó Pérez Solís. Entre los ingredientes destacados se encuentran la albahaca, la verbena, el áloe vera y la quina, plantas que cultivan en traspatios o recolectan cuidadosamente del bosque, protegiendo su conservación.
El shampoo de albahaca, por ejemplo, se recomienda para el estrés, mientras que las tinturas y geles de quina se utilizan para estabilizar los niveles de glucosa en personas con diabetes, además de tratar diarreas y vómitos. "Queremos rescatar las medicinas tradicionales de los antepasados y adaptarlas a las necesidades actuales", señaló.
Actualmente, el grupo está integrado por ocho mujeres, después de iniciar con 13 integrantes. La falta de recursos económicos y las diferencias entre las participantes han sido retos significativos. "Trabajar en grupo no es fácil, pero seguimos avanzando. Nuestro mayor desafío ahora es registrar nuestra marca y posicionar nuestros productos en mercados más amplios", agregó.
Gracias al apoyo de instituciones como la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) y talleres de capacitación, han innovado en la presentación de sus productos, buscando ampliar su alcance en el mercado orgánico y natural.
Los productos de "Mujer Nativa" se pueden encontrar en el Tianguis Orgánico de Cacahoatán, y próximamente estarán disponibles en un mercado local del parque central. "Esperamos que dentro de un mes podamos ofrecer nuestros productos aquí, para que más personas puedan beneficiarse de estas medicinas tradicionales", comentó Pérez Solís.
La labor de estas mujeres no solo preserva la cultura y el conocimiento ancestral, sino que también busca generar una fuente de ingresos sostenible para sus familias y promover el uso de productos naturales y responsables con el medio ambiente.