Ana tenía su cita este martes 12 de enero en las oficinas de regularización migratoria en Tapachula, para obtener su permanencia voluntaria en México. Llegó con tiempo, acompañada de sus dos hijas pequeñas, pero ya dentro de estas instalaciones, los agentes migratorios le señalaron que su cita había sido cancelada.
¿Por qué? sencillamente porque la dinámica cambió y tendría que obtener otra cita a través de internet. La mujer, flaca de rostro y lánguida de ganas por seguir en este tedioso proceso, salió desilusionada y preocupada por esta situación, lamentando que pese a haber concretado su cita hace más de un mes, ahora tenga que esperar más tiempo.
Ahora ha tomado el teléfono y llamado a su esposo, que radica en Tijuana donde se emplea como guardia de seguridad privada, para argumentarle lo que ha pasado. Ahora, tiene que cancelar su boleto de autobús que compró en dos mil 200 pesos para viajar al norte del país, lo mismo hará con el ticket de una de sus pequeñas hijas, que ya paga pasaje.
No hay más opción. Su infierno en un cuarto que renta en dos mil pesos mensuales persistirá, ahora está a merced de lo que Migración le diga, tiene miedo, pues podrá pasar mucho tiempo y no obtener un papel de permanencia legal en el país.
“Así no me puedo ir, porque si no llevo ese papel me van a detener junto a mis dos hijas, y dicen que para allá adelante todo es más peligroso, por eso me tengo que quedar, pero yo quiero estar con mi marido en Tijuana, no quiero Estados Unidos, quiero México, pero cómo le hago si no me dan ese papel”, relató.
El caso de Ana se replica en decenas de migrantes que han llegado y se han topado con la sorpresa que sus citas están canceladas. ¿Pero para qué cancelar algo que ya estaba programado y no hay más cuestión que atender? la misma pregunta se hacen los extranjeros que han sido sorprendidos con esta noticia.
Las filas siguen en el INM sur, entre procedimientos lentos y resoluciones que no se resuelven, están en el aire.
El número de solicitantes de trámites sigue en aumento. La situación podría complicarse, pues en puerta está una nueva caravana migrante que, pese que gobiernos centroamericanos buscan frenarla, podría resultar en más grupos de extranjeros afuera de las oficinas migratorias mexicanas.