Tapachula, Chiapas - Roselia Berenice Gómez García, una mujer embarazada de nueve meses, denunció públicamente que no recibió la atención médica necesaria en el Hospital General de Tapachula.
La señora Gomez Garcia había sido citada por un médico para realizarse estudios y un ultrasonido, además de una consulta de urología, en el hospital. Sin embargo, cuando llegó al centro médico en ayunas como se le había indicado, enfrentó una serie de problemas que pusieron en riesgo su salud y la de su bebé.
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Según relató la paciente, el médico que la atendió inicialmente no estaba al tanto de su situación y, en lugar de realizar los estudios y el ultrasonido programados, decidió programar una cesárea sin dar razones claras. La doctora encargada de la atención obstétrica le comunicó que en ese momento solo se dedicaban a partos normales y que no había disponibilidad para una cesárea.
La señora Roselia, quien no puede hacer fuerza debido a una operación previa como resultado de un accidente, solicitó que se programara su cesárea para garantizar la seguridad de su bebé. Sin embargo, su solicitud fue rechazada por los médicos, quienes le pidieron que obtuviera un documento de su centro de salud que indicara su incapacidad para hacer fuerza.
La situación se volvió aún más angustiante cuando, a pesar de haber llegado temprano y en ayunas, la señora Gómez García no fue atendida mientras otras personas que llegaron después de ella sí lo fueron. Desesperada por la falta de atención, tuvo que acercarse a los médicos para exigir que la atendieran.
La madre de Roselia, Deramia García, responsabilizó al Hospital General de Tapachula por poner en riesgo la vida de su hija y su nieto. Ella expresó su temor de que el bebé pudiera sufrir complicaciones o nacer sin vida debido a la falta de atención médica oportuna.
Las autoridades competentes deben investigar este caso y tomar medidas para prevenir futuras negligencias médicas que pongan en riesgo la vida de los pacientes.