Decenas de ciudadanos nicaragüenses que han llegado a Tapachula a solicitar refugio, buscan de manera desesperada fuentes de empleo para poder subsistir en esta localidad.
Algunos de estos centroamericanos se han empleado en tareas de albañilería, sin embargo, ha sido complicado encontrar sitios donde les puedan ofrecer una oportunidad de trabajo.
Magdiel, nativo de este país, pudo emplearse la semana pasada en la limpieza de un terreno, sin embargo, los 200 pesos que ganó los ha consumido en su totalidad.
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“A nosotros no nos quieren dar empleo porque somos extranjeros y lo primero que nos piden son papeles, pero lo único que traemos son nuestras identificaciones y cuando ven que somos de Nicaragua nos dicen que no”, relató.
La situación de Magdiel no es propia de los nicaragüenses, todos los centroamericanos están en la misma situación. Algunos con empleos mal pagados, otros en busca de una oportunidad laboral en la frontera sur, pero todos con la necesidad de encontrar a diario algunos pesos que les permitan comprar tortillas u otros alimentos baratos.
Hasta entonces, se estima que unos 700 nicaragüenses se mantienen en la localidad a la espera de resoluciones de refugio por parte de la Comar, mientras que otros grupos pequeños han comenzado a llegar a esta frontera sur, debido a los conflictos políticos y sociales que imperan en ese país centroamericano.
La misma Comar tiene documentado hasta el cierre del primer trimestre del año, más de mil 200 peticiones de refugio, de las cuales el 70 por ciento de originan en Tapachula.
Contrario a otras nacionalidades como cubanos y hondureños, los nicaragüenses son menor cantidad pero un sector población que requiere atención urgente, ya que la mayoría huyó por amenazas de muerte por parte de las mismas autoridades federales.