Niños migrantes de diferentes nacionalidades que acompañan a sus papás en su travesía con el fin de llegar a los Estados Unidos comentaron para el Diario del Sur que no conocen a los Reyes Magos y mucho menos que llevan regalos.
Los menores mencionaron que si pudieran pedirles algo a los Reyes Magos pedirían juguetes y poder retomar sus estudios que dejaron desde que salieron con sus padres de su país de origen por causas que desconocen.
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Oscar Miguel López de 12 años, originario de Honduras, mencionó que en su país no celebran el Día de Reyes como en México, y que no pueden pedirles regalos a los Reyes Magos.
“Yo si pidiera un regalo sería que pudiera estudiar en los Estados Unidos, ya que lo dejé de hacer por viajar con mi mamá que busca llegar a ese país y ponerse a trabajar”, expresó el menor hondureño.
Platicó que estaba a punto de terminar sus primaria, cuando sus papás le contaron que viajarían a los Estados Unidos y que se tenía que quedar con sus abuelitos, lo cual no acepto y se unió a este viaje que iniciaron en noviembre del año pasado.
Sofía Cruz de 8 años, de nacionalidad ecuatoriana, mencionó que no sabe nada se los Reyes Magos, ya que en su casa solo llegaba Santa Claus, pero este año no lo vio porque no estuvo en su casa.
Agarrada de la mano de su papá, mencionó que si ella pudiera pedir algo es que le llevaron una muñeca para poder jugar con su hermanita más chica, que los acompaña en este viaje.
“Yo voy con mis papás a donde vayan y aún no se exactamente a donde van, pero yo los voy acompañar a donde vayan”, mientras camina con su padre en las oficinas de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) en “Los Laureles”.
Carlos Augusto, niño de 10 años de El Salvador, quien viaja con tres hermanos y cuatro primos, pidió que les llevaran juguetes los Reyes Magos para que pueda jugar.
Platicó que solo tiene una pelota con la que juegan todos mientras sus papás salen de la Comar y les dan sus papeles para estar bien en territorio mexicano, ya que sus papás los quieren llevar a los Estados Unidos.
“Nosotros queremos más juguetes para que todos tengamos uno y no peleemos, ya que hay días que las niñas quieren la pelota y nosotros estamos jugando fútbol y por esos se enojan”, contó.
Los padres de los menores platicaron que en Centroamérica si comen rosca y tamales, pero no se tiene esa costumbre de regalarles juguetes a los menores de edad.
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El Instituto Nacional de Migración en su estadística anual precisa que 110 mil 234 menores de edad migrantes ingresaron al país, de estos 14 mil 270 fueron no acompañados.