El obispo de Tapachula Jaime Calderón en su mensaje dominical se refirió a la tarea de educar como un acto de amor, verdad y esperanza y en relación a los libros de texto gratuito, afirmó que los grandes desafíos educativos dependen de condiciones todavía más complejas y profundas.

Expuso que, si bien los libros son materiales auxiliares en el proceso educativo, la educación se lleva a cabo siempre en el encuentro entre personas, ya que solo la persona educa a la persona, con ello no se minimiza la importancia de esos materiales, sin embargo, para implementarlos y cumplir su finalidad se requiere la participación de padres de familia, de directivos y por supuesto de los maestros.

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Reconoció que en la controversia se hizo evidente la improvisación y la confusión de muchos componentes de la versión ahora presentada de los libros, no obstante, se confía en la labor que desempeñan en el aula los maestros quienes con su formación, experiencia y comunicación con los padres de familia podrán rescatar los elementos valiosos para sus alumnos.

Dijo que además se ha desaprovechado la valiosa oportunidad para responder creativamente al rezago educativo a causa de la Pandemia Covid -19 que debió realizarse y plasmarse con la participación de todos los sectores del país

"La presentación de los libros para este ciclo ha sido irregular pero se espera que las limitaciones jurídicas no sean un obstáculo insalvable para continuar fortaleciendo los procesos educativos de cada comunidad escolar desde dentro", abundó m

Se refirió a los aspectos propios de los contenidos de la educación sexual plasmada en los libros, lo cual se ha hecho en otros sexenios, donde prevalece una visión biologicista y mecánica del ser humano, y afirma en ese sentido que la verdadera educación pide una concepción integral del ser humano que reconozca al mismo tiempo el cuerpo y el espíritu.

Indicó que la iglesia considera que es necesario enseñar sexualidad en las escuelas, pero con gradualidad de acuerdo con la edad y madurez de los educandos desde los ángulos humanistas como lo propone la nueva escuela mexicana en sus campos formativos e interdisciplinarios y no en asignaturas aisladas.