En el marco de la Jornada Mundial de los Pobres, el obispo de Tapachula, Jaime Calderón Calderón, instó a los fieles a reflexionar sobre la importancia de llevar una vida dedicada a ayudar a los necesitados.
Reconoció la labor de muchos hombres y mujeres que se entregan a los pobres y excluidos, compartiendo con ellos. Destacó que estas personas, de diversas edades y condiciones sociales, practican la acogida y se comprometen con aquellos que enfrentan la marginación y el sufrimiento.
También puedes leer: Sale nueva caravana migrante de Tapachula en busca de atención migratoria rápida
Afirmó que no se trata de superhéroes, sino de "vecinos de casa", que, en el silencio, empobrecen sus vidas junto a los necesitados, brindando su mano sin reservas.
El obispo subrayó que estas personas no se limitan a dar materialmente; también escuchan, dialogan, intentan comprender las situaciones y causas, ofreciendo consejos apropiados y referencias justas. Además, están atentas a las necesidades tanto materiales como espirituales, buscando la promoción integral de la persona.
"El reino de Dios se hace presente y visible en este servicio generoso y gratuito, es realmente como la semilla caída en tierra fértil que da fruto en forma de gratitud. A los numerosos voluntarios, les pidió hacer de su testimonio una oración para que sea fecundo", agregó.
Finalmente, el obispo Calderón Calderón enfatizó que tender la mano a los pobres y necesitados no debería tener una fecha específica, sino que debe convertirse en un compromiso diario como parte de un estilo de vida. Subrayó la responsabilidad de la Iglesia de demostrar siempre el amor de Jesús hacia los más desprotegidos.