En el marco de la celebración por la fiestas patrias, el obispo de Tapachula Jaime Calderón Calderón, hizo el llamado a la comunidad cristiana a unirse en oración y ruego a Dios para pedir por los gobernantes, quiénes tienen en sus manos el destino del estado y del país.
Dijo que para quienes son o fueron adoptados por estas hermosas tierras y en esta familia diocesana las fiestas representan dos momentos decisivos de la soberanía e independencia: la primera, la anexión de Chiapas a México y el inicio del movimiento de independencia de la amada nación mexicana.
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Pidió a no quedarse en el ambiente meramente festivo de estas celebraciones, sino que aprovechen para pedir a Dios padre, en primer lugar, por los gobernantes para que les de sabiduría y acierto en las decisiones tan trascendentes que toman sobre esta nación.
Asimismo, clamar por cada una de las personas, para que asuman con responsabilidad la construcción de un México más justo, fraterno y en paz, ante la ola de inseguridad que azota al país y que mantiene en zozobra a todas las familias.
Por otro lado, el obispo reconoció el trabajo que desempeñan los catequistas, a quienes indicó que están llamados a ser visible y tangible la persona de Jesucristo, que ama a cada una de las personas y por esto se convierte en la regla de la vida y en el criterio de juicio de las acciones morales.
Les exhortó a no alejarse de esta fuente de amor, porque es la condición para ser felices y estar llenos de alegría siempre y a pesar de todo: "Mis hermanos y hermanas catequistas no se cansen de sembrar cosas buenas y santas en los corazones de los niños y jóvenes, les agradezco el bien inmenso que muchos de ustedes hacen en las comunidades parroquiales".