Mensaje dominical el obispo de Tapachula, Jaime Calderón Calderón, habló sobre la conmemoración del Día mundial del trabajo, por lo que urgió a las autoridades y empresarios mejores condiciones en los centros labores.
Dijo que la celebración del Día del trabajo, brinda la oportunidad de reflexionar en la dignidad de todo ser humano creado a imagen y semejanza de Dios, el derecho fundamental a un trabajo digno y bien remunerado.
Señaló que la realidad que se vive es compleja y delicada, ya que las grandes transformaciones que se están dando en todos los ámbitos de la vida presentan nuevos retos y desafíos, los cuales deben ser tratados con responsabilidad, preponderando los derechos de los trabajadores.
Indicó que por más difícil que parezca la realidad de esta nueva época, es necesario acercarse y no dejarse interpelar por ella, ya que ahí se encuentran las alegrías y las tristezas más profundas de los pueblos, sus dolores, sus luchas y sus esperanzas más profundas.
Puntualizó que no existe peor pobreza que aquella que priva del trabajo y de la dignidad del trabajo, por eso el gran objetivo debería ser siempre permitir a los más pobres una vida digna, a través del trabajo, pues el trabajo es la mejor ayuda para un pobre y el mejor camino para una existencia digna.
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"El primero de mayo también celebramos la fiesta de San José obrero, patrono de los trabajadores, fiesta instituida por el papa Pío XII en el año de 1955, ante un grupo de obreros reunidos en la plaza de San Pedro en el Vaticano" acotó.