En su mensaje dominical, el obispo de Tapachula, Jaime Calderón Calderón, llamó a los feligreses a proyectar durante la cuaresma rostros de esperanza y no de penitencia ni de sufrimiento.
Dijo que la gloria de Dios es fortaleza en la vida de quién va caminando con la esperanza de la resurrección, por lo que la cuaresma debe ser vivida no por el afán enfermizo de proyectar rostros de penitencia, sino por la esperanza de participar de la gloria de Dios a través de la resurrección del señor Jesús.
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Señaló que contemplando la gloria de Dios se debe celebrar la fiesta de la pascua siendo conscientes de que el sufrimiento y la muerte no tienen la última palabra en la vida del hombre, ya que es Dios quien es el dueño de la historia y cambia la muerte en vida y el temor en fortaleza.
"Demos un pasito en nuestra conversión cuaresmal, creciendo en la confianza en el Dios de la vida, que es nuestro padre y haciendo el bien a los demás, proyectando siempre rostros de amor y de esperanza", sostuvo.
Detalló que la contemplación de la gloria fortalece a las personas ante los temores, que trae consigo cargar con la cruz del señor Jesús y la conducta es el recurso que dará razón al modo de vida del cristiano.
Indicó que la confianza en las promesas de Dios no es un esperar sin sentido, y por resignación, sino el asumir un compromiso completo con la fragilidad titubeante, escuchar al señor Jesús como el padre lo ha indicado será un recurso importantísimo para superar los desafíos de vida.
Finalmente mencionó que el próximo sábado 19 de marzo es la solemnidad en honor a San José, patrono de la Diócesis de Tapachula, por lo que llamó a la familia diocesana a celebrar con devoción y con responsabilidad a los protocolos sanitarios tan importante fecha para la iglesia.