Vecinos de Solidaridad las Vegas que viven cerca de las oficinas de regularización migratoria del Instituto Nacional de Migración (INM), ubicadas al sur de Tapachula, exigieron que no se reabra ese inmueble o sea movido a otra zona, ya que no quieren que regresen el caos y la violencia a sus hogares.
Mencionaron que tienen aproximadamente 15 días que estas oficinas dejaron de funcionar por lo que la zona está en paz y ellos sin miedo de ser agredidos a pedradas, golpes o que los migrantes ingresen a sus viviendas de forma violenta.
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Aseguraron que antes vivían con el Jesús en la boca, ya que no sabían que día los migrantes bloquearían las calles, realizarían protestas o se enfrentarían a pedradas a las autoridades o entre ellos mismos.
Blanca Isabel Hernández Reyes, habitante de la colonia, explicó que el día que los migrantes destruyeron las oficinas de migración pasaron momentos de terror que no les gustaría volver a vivir.
Comentó que ella lleva viviendo años en la zona y que desde que se abrieron esas oficinas federales se opusieron a que se instalara ese portón que da a sus viviendas, pero cedieron porque las autoridades les dijeron que únicamente sería para el ingreso de su personal y no para migrantes.
“Todo lo que vivimos y vimos parecía que no estuvieras en México y mucho menos en Tapachula, pues fue un momento traumatizante para todos, principalmente para nuestros hijos y ya no queremos volver a vivir esa misma situación”, expresó
Aseguró que ya mandaron un documento firmado por los vecinos para exigir que no se abra de nuevo ese portón y que se reubiquen esas oficinas.
“La petición que se hizo fue total y rotunda para que las oficinas del migración del INM sean removidas a otra zona de la ciudad, en donde no se ponga en riesgo la integridad y seguridad de ningún tapachulteco”, abundó.
Señaló que cuando los migrantes estaban en las oficinas de migración no pasaba el camión de la basura, no les llegaban a repartir agua, gas y otros servicios.
Leo Méndez, de la misma zona de la ciudad, indicó que actualmente las calles se ven limpias, no apesta y mucho menos se ven a personas realizando sus necesidades fisiológicas en la vía pública.
“Yo fui una de las personas que se vio afectada por uno de los enfrentamientos, ya que en uno de tantos los migrantes me destruyeron una mesas y las pedradas llegaron hasta el pequeño comedor que tengo frente a las oficinas de migración”, manifestó.
Expuso que la actitud de los migrantes era muy violenta y no se sabía si eran delincuentes por su forma de actuar, pues no respetaban a las autoridades y mucho menos a los mexicanos.
“No estamos en contra de ellos, porque también los engañan, sin embargo, las cosas no se deben pedir con violencia o bloqueo de calles que afecta a todos los tapachultecos y la verdad desde que cerraron las oficinas no sabemos nada de eso”, externó.
Añadió, “pedimos a las autoridades competentes que ya no abran esas oficinas o las manden a otra parte de Tapachula para que vivamos en paz y sin temor a ser agredidos por los migrantes violentos”.
Puntualizó que los mexicanos no tienen el privilegio de los migrantes de protestar violentamente, porque los encarcelan o les avientan la fuerza pública sin piedad.