El cáncer es una enfermedad que no respeta edades, géneros, razas o clases sociales. Según datos del INEGI, en México 14 de cada 100 muertes son asociadas con esta patología. Tan sólo en Tapachula, en los últimos meses dos jóvenes atletas fallecieron a causa de esta enfermedad tan agresiva.
Óscar Antonio Blanco Molina, joven nacido en enero del 2001, desde pequeño demostró su pasión por el deporte. Destacado seleccionado tapachulteco en el fútbol, representó en más de una ocasión a su ciudad natal en estatales. También, amante del atletismo y del ciclismo, lamentablemente en octubre de 2020, comenzó a notar que algo no estaba bien dentro de él, cuando estudiaba la licenciatura en Educación Física, por su gran pasión a los deportes.
“Comenzó con un dolor en la espalda, luego se quejó de un dolor en el estómago. Al llevarlo al doctor, detectaron que todos sus órganos estaban inflamados. Tuvimos que internarlo de emergencia. Después de más de 100 estudios y pruebas, no lograban detectar qué estaba mal”, cuenta Nuria Molina, madre de Óscar.
Tras unos análisis de sangre, lograron entonces encontrar el mal: leucemia linfoblástica aguda. Después leucemia mieloide, lo que se convirtió en una leucemia bifenotípica. Posteriormente, Óscar sería diagnosticado con linfoma y había que actuar rápido, debido a que el cáncer actuaba de manera agresiva.
Tras poco más de un año luchando contra esta patología, Óscar perdió la batalla en casa, en enero de 2022, tres días después de cumplir los 21 años.
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El pasado 24 de julio de 2021, ocurrió un suceso similar con Alexis Jair de la Cruz Roblero. Joven futbolista nacido en el 2000, representante de Tapachula y Chiapas en torneos estatales y nacionales.
En marzo del 2020, Jair detecta en su cuerpo un tumor que lo aterra porque con el tiempo ha crecido demasiado rápido. Una atención médica de emergencia, provoca que las células cancerígenas le invadan todo el cuerpo.
“Tuvimos que pedir apoyo y gracias a Dios pudimos trasladar a mi hijo hasta la Ciudad de México para que recibiera una mejor atención médica”, explica para Diario del Sur, Heidy Vanessa Robledo Arrazate, mamá de Jair.
Lamentablemente, el cáncer se alojó en varios de sus órganos vitales y tras varias rondas de quimioterapia, los médicos indicaron que ya nada se podía hacer por él.
Por ello, Jair y su familia regresaron a Tapachula, donde finalmente dejó de existir el pasado 24 de julio de 2021 al lado de sus seres queridos.
Ambas madres coincidieron en la titánica labor que llevan al cuidado de sus hijos con este terrible padecimiento y cómo los va desgastando con el tiempo. “Es horrible ver sufrir a un hijo, como madre das todo por ellos y buscar de cualquier modo sanar su dolor. Mi hijo vivía y moría por jugar de nuevo fútbol, por salir a rodar en su bicicleta. Tuve un hijo ejemplar, que buscaba salir adelante”, reflexiona Nuria Molina.
Hagamos conciencia
Lamentablemente en nuestra sociedad no existe la cultura de la donación de sangre y los pacientes con cáncer, específicamente de leucemia, constantemente necesitan transfusiones de sangre.
Por ello, Nuria Molina, madre de Óscar y Heidy Robledo, mamá de Jair, levantan la voz y piden a la ciudadanía ser más empáticas con personas en necesidad de transfusión. Es una enfermedad que de corazón deseamos ninguna madre sufra”, finalizaron.