Otro foco de incendios y ecocidio ha sido generado en la frontera sur, sobre la carretera que conduce de Tapachula a la frontera Talismán.
Cerca del kilómetro 12 de esta ruta internacional, personas talaron decenas de árboles, los incendiaron y también prendieron fuego a matorrales de un terreno de amplia extensión, lo que en las últimas horas ha provocado un extenso banco de humo que complica a lugareños.
La acción ha provocado qué reptiles que habitaban en este perímetro tengan que huir en busca de refugio, mientras que parte de la contaminación ambiental que se genera recae en el río Izapa, que fluye aledaño a este punto de la conflagración.
Por lapsos, en momentos que el viento arrecia, el humo gris ha entorpecido la visibilidad de automovilistas que pasan por la citada ruta internacional, con riesgo de generarse accidentes debido a que la ruta es sólo de dos carriles.
La tala inmoderada de árboles ha propiciado que se pierdan maderas preciosas y frutos de calidad que se generaban en estos arbustos de gran tamaño, que ahora han quedado reducidos a troncos quemados y aún expidiendo humo.
De los árboles nada se sabe. Fueron removidos del sitio tras ser talados con maquinaria y quemados los restos de los que quedaron.
Aunque se desconoce si la tarea se debió para el inicio de la construcción de algún inmueble habitacional, hasta ahora no hay autoridad que sancione a los responsables o regule la quema de los arbustos y restos ecológicos.
Justo esa semana, las autoridades estatales hicieron el llamado a la ciudadanía a evitar quemas de basura e incendios que pongan en riesgo a flora, fauna y personas.
El llamado también se hizo para evitar que las altas temperaturas prevalezcan en la entidad, donde varios incendios se mantienen activos, el más potente en la reserva de la biosfera de La Encrucijada.
Las normas mexicanas establecen sanciones fuertes a quienes generen este tipo de quemas sin ser controladas, sobre todo si se ejecutan en sitios de tránsito humano o actividad social.
La estela de humo ha generado expectación entre habitantes de municipios en la frontera sur, debido a que temen el fuego de salga de control y alcance mayores extensiones a las estimadas.
Junto a este precio incendiado, otros terrenos con ganado y siembra de frutos se mantiene en riesgo, ante la indiferencia de las autoridades encargadas de sancionar o inspeccionar este tipo de situaciones.