Ovidio Vázquez Aguirre, productor de palma de aceite en este municipio de Villa Comaltitlán, actualmente se ha convertido en un emprendedor que por iniciativa propia arrancó con un importante proyecto que le está dando resultados satisfactorios al fabricar abono orgánico a través de la lombricomposta (lombricultura) y actualmente ésta se ha iniciado en el tema de los microorganismos específicos.
El innovador productor se encuentra en la comunidad Xochicalco Nuevo, asentada en la zona rural Baja del municipio de Villa Comaltitlán, cuenta que a partir del año 2010 inició este proyecto del abono orgánico derivado de las lombrices de forma temporal, pero en 2019 comenzó a experimentar con las lombrices rojas o californianas para producir la composta que éstas producen y llevando a algunos su aprendizaje, percatándose que producir este abono (también denominado humus) con las lombrices es bueno para el cultivo, por lo que empezó a incrementar su producción, haciendo más canteros (espacio reproductor) y el número de las lombrices incrementó, logrando mayores volumen de abono.
El cambio a abono orgánico es un reto
Por otra parte, consideró que trabajar en este proyecto ha sido un reto, ya que como productor estaban acostumbrados al uso de los agroquímicos, insecticidas, abonos y fertilizantes sintéticos, pero al disciplinarse en las aplicaciones del abono que producen las lombrices se percató que pueden tener mejores resultados y por ello, él ahora se dedica a esta actividad.
Dijo, para fortuna de todos, actualmente hay más productores interesados en el cultivo orgánico y como productores de palma están muy comprometidos a aplicarlo, por lo que invitan a productores de cacao, plátano y otros cultivos, a sumarse, ya que el abono orgánico sirve para todo tipo de cultivo y en jardines, ya que a estos “animalitos” se les conoce y denomina también como recuperadores de suelo.
Dijo, al aplicar por años agroquímicos como insecticidas y herbicidas, estos han acabado los nutrientes y microorganismos que el suelo tenía, ya que con el abono orgánico lo que se hace es regresarle a la tierra parte de todo lo dañado.
Comenta que él ha comenzado muy fuerte con las lombrices californianas y sus microorganismos específicos, por lo que considera que toda ésta práctica ayuda mucho a la tierra, estableciendo un compromiso muy personal con el medio ambiente y la sociedad.
“Con una mínima parte que se ha comenzado a cambiar y con los productores vecinos que están viendo eso y los buenos resultados, estamos seguros que se seguirán sumando más palmicultores a estas prácticas”, consideró.
Asevera que de acuerdo con el trabajo y número de lombrices que se tenga, aumentará la producción de abono, siendo cada tres a cuatro meses que se cosecha el abono (humus) y cada temporada aumenta el número de lombrices.
Cita que él ya logra mantener sus cultivos y hay productores que le están adquiriendo el abono, el cual, por una tonelada vale cinco mil pesos, siendo alrededor de 40 hectáreas las que este año ya han aplicado este tipo de abono orgánico.
“La mayor satisfacción que me ha dado este proyecto ha sido que he compartido mis conocimientos con mis compañeros y algunos ya están haciendo las actividades, por lo que también hemos comenzado a tener un pequeño ingreso económico y fuente de empleo. La meta es crecer, porque estamos trabajando con un producto que es muy natural y cualquiera lo puede aplicar hasta en casa, dentro de un jardín. He estado en otros lugares como Palenque, Chiapas, para compartir la experiencia, donde ya iniciaron el proyecto de lombricultura y gracias a Dios va funcionando muy bien, porque lo que queremos es que se expanda”, dijo.
Agricultura sostenible: Sin electricidad ni combustibles
Señaló que a través del programa Sembrando Vida, están iniciando con este proyecto de los microorganismos, lo cual, es como una segunda etapa de su proyecto, con el cual, labora sin utilizar luz eléctrica, ni combustibles, todo es totalmente renovable o al natural, para oxigenar los tambos de cultivo lo hacen vía solar para alimentar las bombas oxigenadoras.
Destacó que para poder trabajar compran cepas originales y las comienzan a producir, cada mes solo dejan 25 litros en cada depósito y vuelve la nueva producción, por lo que cada tambo tiene una ficha técnica para que cuando alguien revise vea qué función tienen estas unidades, conociendo la cantidad de agua que necesitan para llevarlas al campo para su uso en diferentes cultivos.
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Con estos productos, asegura que la agricultura va a cambiar, será regenerativa, ya que los abonos orgánicos garantizan más que los químicos, siempre y cuando se tenga disciplina para aplicarlos.
Productos químicos en la agricultura dañan la Salud
Vázquez Aguirre señala que anteriormente los productos del campo eran al natural, pero después que llegó la revolución verde se buscó producir cantidades y ahí entraron los químicos e insecticidas, por lo que prácticamente eso llega a la mesa de los consumidores, porque todas esas moléculas quedan en los productos, en las hortalizas, verduras y todo eso se consume a diario y es lo que está afectando la salud de la humanidad.
“Hablo de las fumigaciones aéreas que se salen de control, se están dando con productos agroquímicos que no solo afectan al cultivo, es por eso que es importante que se comience a cambiar y puedo garantizar que trabajar con productos orgánicos se puede producir lo mismo que trabajar con químicos y quizás hasta más, después de algún tiempo”, explicó.
Finalmente, el innovador productor agradece a la Comisión Nacional de Áreas Protegidas (Conanp), ya que a través de los trabajos que realiza, la dependencia comenzó a investigar qué tan buenos son estos productos y ahora que ven buenos resultados, en realidad le han otorgado algunos apoyos para que el proyecto pueda crecer con el compromiso de seguir trabajando.