El crecimiento poblacional en la ciudad y la falta de conocimiento entre la población han acabado con el 90% de las palmas y palmeras formaban parte esencial del ornamento de Tapachula.
Jorge Villanueva del Pino, cronista de la ciudad, dio a conocer que en los años 50 y 60 las palmeras fueron sembradas en diversas zonas con la intención de embellecer las calles y guarniciones, por lo que estas especies fueron un ícono urbanístico durante décadas.
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Dijo que por diversas razones hoy en día, sólo se conserva el 10 por ciento de ellas en las calles y parques públicos de Tapachula, ya que, la mayoría fueron derribadas ante el crecimiento de la mancha urbana y porque existen mitos, como de que estás especies "atraen a los rayos", o que levantan el piso de las banquetas o viviendas cercanas.
Recordó que las primeras palmeras sembradas fueron en la década de los 50's, sobre la "carretera al mar", ahora 4a avenida sur y con dirección al Antiguo Aeropuerto, las colocaron un grupo de ciudadanos entusiastas, encabezados por Apolonio Maldonado, Víctor y Blas Damiano Cajas y Rigoberto Loranca, entre otros, quienes tuvieron el deseo de embellecer a Tapachula.
Señaló que en el caso de las palmeras del parque central, éstas fueron trasplantadas en 1962 tras el proyecto de construcción de este espacio público por parte del director de obras municipales, Pomian Giménez.
Indicó que en 1965 cuando se inauguró el "periférico", se colocaron palmeras de las llamadas "palma africana" en ambos lados de la calle 8a poniente-oriente, como parte del ornamento de la vía pública, pero al crecer la mancha urbana las familias las derribaron o les echaron agua caliente, por lo que fueron muy pocas las que se salvaron y que permanecen hasta hoy.
"Con el crecimiento de la ciudad, muchas personas tiraron estas plantas porque les estorban en sus construcciones e incluso, cuando se amplió la 4a sur por parte del gobernador Absalón Castellanos se tiraron muchas palmeras", abundó.
De acuerdo a especialistas, las palmeras pueden vivir entre 200 y 300 años, sin embargo, debido a las condiciones que se encuentran en las calles y la falta de programas de saneamiento para la eliminación de plagas, se puede reducir su vida a 80 y 100 años.