La creciente incidencia de accidentes en las calles y avenidas de Tapachula ha generado preocupación constante entre los habitantes, ya que de enero de 2022 a enero del presente año las autoridades han recibido más de 700 solicitudes para instalar reductores de velocidad o boyas en zonas escolares y hospitales, así como en puntos o cruceros peligrosos de la ciudad.
Durante el año 2023, en la esquina de la 3ª avenida Sur y 2ª calle Oriente hubo más de 22 accidentes, la mayoría involucrando vehículos de pasaje y motocicletas, con la constante del tránsito descontrolado de vehículos de oriente a poniente y viceversa.
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La gravedad de la situación llevó al personal de Vialidad de Tapachula a instalar boyas reductoras de velocidad en puntos críticos como éste, sin embargo, esta zona no es un caso aislado y en otras calles se ha visto la instalación de boyas debido a la falta de compromiso de los conductores para respetar el Reglamentos de Tránsito y los límites de velocidad.
Rosa Guadalupe, una residente de la zona expresó su preocupación por la falta de cultura vial en Tapachula. Señaló que muchos conductores obtienen su licencia sin siquiera leer las instrucciones sobre cómo operar un vehículo de manera segura.
Juan de Dios Zapata Salazar, ingeniero automotriz especializado en cajas de vehículos y suspensiones, explica que los reductores de velocidad son una solución necesaria debido a la falta de conciencia vial entre los automovilistas. También señaló que estos dispositivos pueden causar daños significativos a los automotores con costos de reparación que van desde los seis mil hasta los 23 mil pesos, dependiendo del tipo de vehículo.
En Tapachula circulan mayormente vehículos pequeños que son especialmente susceptibles al desgaste de piezas de la suspensión y llantas debido al mal estado de las vías y a la falta de respeto de los límites de velocidad por parte de los conductores.
Entre las piezas que más desgaste tienen los automotores están las bieletas, bujes, rótulas, amortiguadores, llantas, rines, etcétera.
Por consiguiente, en este reportaje se aborda la importancia de pasar los reductores de velocidad a una velocidad moderada, ya que al hacerlo rápidamente puede afectar tanto a los vehículos como a la seguridad de quienes viajan en ellos.
Aunque pueda parecer una tarea simple, la realidad es que no respetar las normas de tránsito contribuye significativamente a los problemas automovilísticos en la ciudad.
Los reductores de velocidad, a pesar de su efectividad para disminuir accidentes, también pueden tener efectos negativos en los vehículos y en el medio ambiente; sin embargo, la instalación en lugares estratégicos es fundamental para garantizar la seguridad vial y evitar tragedias.
En última instancia, el mensaje clave es claro: la cultura vial y el respeto por el Reglamento de Tránsito son fundamentales para garantizar la seguridad de todos en las calles de Tapachula.