La danza de los parachicos en la Fiesta Grande de Chiapa de Corzo es una tradición que surgió a través de una leyenda y que después de tres siglos se ha convertido en una realidad, debido a que es considerada como una cultura viva, que los chiapacorceños le dan realce y movimiento a esta festividad más importante del país, señala Guadalupe Rubicel Gómez Nigenda, patrón de los parachicos.
Así mismo explica que de acuerdo con la leyenda, los inicios de los parachicos están enmarcados con la llegada de doña María de Angulo a Chiapa de Corzo en el siglo XVII, a causa de que su hijo estaba enfermo y en el afán de curarlo, viajó desde tierras lejanas para que los curanderos importantes de la región le ayudaran a devolver la salud a su pequeño, siendo así que deciden asentarse en la cabecera municipal, mientras que en un lugar que hoy se le conoce como Narciso Mendoza logran darle una curación en las aguas termales durante nueve días.
Sin embargo, derivado de una sequía que enfrentaban los pobladores de ese tiempo, se desató una hambruna y doña María de Angulo promete que si su niño se cura apoyaría a la comunidad, siendo así como ella comienza a preparar una caravana y su gente trae de otros pueblos comida y preparan lo que actualmente se conoce como la tradicional “pepita con tasajo” para repartirlo con la población y que hoy en día se dedica todo un día a este platillo para recordar a aquella mujer que ayudó a todo un pueblo.
El patrón de los parachicos manifiesta que todos esos sucesos plasmados en la historia de Chiapa de Corzo, en la actualidad cobran vida a través de los personajes como las chuntás, el abre campo, las chiapanecas, pero sobre todo en los parachicos, quienes se distinguen por portar una máscara, una montera, un chinchin de lata o de morro, un zarape, un chamarro, una chalina bordada, una banda que se utilizaba anteriormente como faja.
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“Esos son las indumentarias más importantes que porta y distingue al parachico y la chiapaneca pues su traje de chiapaneca normal, que hoy en día es bordado completamente a mano y es parte de ese atuendo que tienen los personajes que participan dentro de la fiesta, siendo el parachico el personaje central”, puntualiza.
A escasos cinco días, las y los parachicos se declaran listos para inundar de color, música, danza, pero sobre todo historia en las calles de la Heroica Chiapa de Corzo, pues el próximo 15 de enero a las 9 de la mañana es su turno de bailar al son de la música de tambor y carrizo por las diferentes ermitas e iglesias del pueblo, ya que durante dos años fue suspendida esta festividad ante la emergencia por la COVID-19.
Para esta ocasión, se prevé la participación de más de 10 mil danzantes provenientes tanto de Chiapa de Corzo como de otros municipios del estado, ya que por situaciones diversas se fueron a vivir a otras ciudades pero sin olvidar esta tradición que da identidad a todo un pueblo a pesar de los años y que cada año regresan a su lugar de origen para rendir un homenaje a su historia y abarrotar las calles de esta localidad.