En los Altos de Chiapas y en las regiones montañosas del Soconusco, las parteras, guardianas del conocimiento ancestral en el cuidado de las mujeres embarazadas, enfrentan un gran desafío en su lucha por preservar sus prácticas tradicionales frente a la imposición del modelo biomédico moderno.
Con una historia arraigada en la sabiduría transmitida de generación en generación, estas mujeres, conocidas como matronas o parteras, desempeñan un papel vital en las comunidades indígenas de la región. Son expertas en herboristería, masajes y curación, con habilidades que han perfeccionado a lo largo de los años para brindar atención durante el embarazo y el parto.
Según datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Chiapas lidera el número de parteras con un estimado de 6,600. Sin embargo, la modernización de la medicina y la imposición de certificaciones oficiales han puesto en peligro la continuidad de esta práctica ancestral
Un oficio violentado
La presión para certificarse dentro del sistema de salud oficial ha generado lo que se conoce como violencia epistémica, forzando a las parteras a demostrar sus conocimientos según estándares biomédicos, lo cual contradice sus métodos tradicionales de aprendizaje.
De acuerdo con datos del XV Congreso Nacional de Investigación Educativa COME-2019, además confirmado por INMUJERES, las parteras indígenas chiapanecas se ven obligadas a certificarse en el Sistema de Salud, donde deben demostrar que poseen los conocimientos necesarios para realizar las distintas actividades en atención antes, durante y después de un parto, un claro ejemplo de lo que se llama violencia epistémica.
Ante esta situación, las parteras indígenas de Chiapas han resistido, organizándose en colectivos y asociaciones como la Organización de Médicos Indígenas del Estado de Chiapas (OMIECH). A pesar de la desigualdad en la lucha contra las imposiciones del sistema de salud, estas mujeres permanecen firmes en su compromiso de preservar esta práctica ancestral.
Parteras luchan por dignificar su labor
El Movimiento de Partería de Nich Ixim (Flor de Maíz), fundado en octubre de 2017 por 124 parteras indígenas de Chiapas, ha crecido hasta contar con más de 600 miembros de más de 30 municipios. Estas líderes han desafiado límites étnicos y políticos, dialogando incluso con parteras no indígenas con educación formal, para defender y dignificar la partería tradicional.
Las demandas del movimiento incluyen la defensa y dignificación de la partería, el libre ejercicio de la misma, el reconocimiento y protección de los conocimientos ancestrales, así como el derecho de las mujeres a decidir dónde y con quién parir, y el acceso a servicios de salud de calidad en las comunidades.
Las madres prefieren estar con nosotras, no quieren ir a la clínica porque allí las dejan solas
Dominga López, partera en San Juan Chamula
6 de cada 10 muertes infantiles ocurren en zona indígena
Además, según datos de Save the Children para el año 2015, en México se estimaba que casi 30 millones de personas no cuentan con seguro médico. Cada año mueren cerca de 35,000 niñas y niños de 0 a 5 años, y de cada 10 muertes infantiles, 6 corresponden a niñas y niños indígenas. En este contexto, las parteras indígenas se han convertido en un recurso vital para la salud materna e infantil en sus comunidades.
En un contexto donde más de la mitad de muertes infantiles ocurren en comunidades indígenas, estas mujeres continúan siendo guardianas de la vida y la cultura, resistiendo ante la erosión de sus saberes ancestrales y luchando por un reconocimiento justo de su labor en la sociedad moderna.