Tapachula es una ciudad extraña para quienes la visitan, hay quienes la consideran fea, otras logran ver su belleza escondida en los hot dogs más ricos del mundo, su comida china que se ha vuelto casi, casi en comida regional, hay bufets por todos lados que la hacen asequible y una buena alternativa.
Hasta hace algunos años, en los pasillos del mercado Sebastián Escobar se vendían tortillas hechas a mano chiquitas o grandes según el gusto del comprador y ahí mismo a unos pasos, se puede aún disfrutar otra de las peculiaridades de la ciudad: el chocomilk de a 8 pesos y un poco más allá los tacos estilo madrigal que compiten con la madrigal original.
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Pero hay otros usos en la ciudad que también son extraños y es pasar el dinero en la combi, alguien aborda el colectivo y de inmediato pide a quien se sienta en la fila detrás del chofer: “¿Le pasa por favor?” es una pregunta que en realidad no resulta tal pues lo que se espera no es una respuesta, sino que la persona a la que se habla estire la mano para, posteriormente, entregar el pasaje al chofer.
Pero ahí no acaba la labor del improvisado cobrador quien, muchas veces se queda pendiente de que el chofer devuelva el cambio, si es que lo hay.
¿Debería hacerse?
No es una cuestión de deber sino un acomodo de la población que usa a diario este servicio para trasladarse, con las velocidades que a veces le meten los choferes al colectivo, pararse desde atrás a darle el dinero implica ponerse en riesgo y a quien está adelante pues con el movimiento ha habido quien casi cae encima de los otros.
Pasar rápido a la parte de atrás del colectivo, quedarse en el lateral o el minúsculo espacio al lado de la puerta, implica una maniobra digna de súper héroe.
El Covid-19 ha traído nuevas formas de actuar, sin embargo, el ¿Lo pasa por favor? Sigue presente en los colectivos de la ciudad, a falta de un sistema mejor.
Hace algunos años, los choferes contrataban cobradores, que iban con ellos en la parte de adelante, sin embargo, esa práctica fue erradicada pues contravenía las leyes además de que muchos de ellos fueron señalados por acoso, e igual, tocaba pasar el dinero de unos a otros hasta que llegaba a sus manos.
Entregar el pasaje completo al subir o bajar
Hay quienes llevan completo el dinero su pasaje y se arriesgan a pasarlo al subir, se sujetan del tubo y luego se mueven a su lugar, hay quienes, los menos, lo entregan al bajar, y es que en este último caso es asunto es que el chofer durante el recorrido lanza un diplomático recordatorio: ¿Quién falta de pagar su pasaje? Que lo pase por favor y bueno, ahí va el recurso de mano en mano y el pobre incauto que no lo había entregado es visto sospechosamente por el resto de los pasajeros que con su mirada parecen decir: ¿Con que querías viajar gratis?
No se vislumbran cambios en el futuro cercano para el pago del pasaje en los colectivos así que si eres de las personas que no les gusta hacerla de cobrador momentáneo, la recomendación es que te vayas en los asientos de atrás, es la única forma porque luego pasa, que los de atrás se lo dan al de en medio y el de en medio al de atrás del chofer y pues, técnicamente da igual.
Podrías, si no hay de otra sentarte en las esquinas del asiento mencionado o de plano, comenzar a practicar la sordera y si te alcanza el aplomo: de plano decir: no, y que lo haga alguien más aunque eso se vería muy poco civilizado y además bastante descortés y en la Costa, si algo distingue a esta hermosa otrora Perla del Soconusco es la amabilidad y calidez de su gente.
