Ante ausencia del obispo de Tapachula, Jaime Calderón Calderón quién se encuentra en Roma en una reunión eclesiástica, el padre José Antonio Fonseca fue el responsable de oficiar la misa dominical, quien pidió a los feligreses a orar por la paz, pero especialmente por la migración forzada.
Dijo que durante las jornadas de oración por la paz, es necesario pedir a Dios por la migración forzada, por tantos hermanos y hermanas migrantes que han salido de su patria buscando un futuro mejor para sus familias.
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Reconoció que una de las características propias del hombre, desde su origen, ha sido su movilidad, el deseo de conocer, viajar y descubrir cosas y lugares nuevos los ha llevado a un continuo desplazamiento, abandonando sus lugares de origen.
Señaló que el avance de la técnica y la construcción de modernas maquinarias han facilitado el desplazamiento de muchas personas a lugares remotos y desconocidos, por el otro lado también aquí se encuentran uno de los dramas de fuertes y de este fenómeno globalizador la migración forzada.
Detalló que son millones de seres humanos que se han visto obligados a dejar su pueblo y su cultura, lo que deriva en pobreza, violencia, falta de oportunidades, rechazo racial, político, religioso, desintegración familiar, trata de personas, necesidad de refugio, constitución de nuevas familias, soledad, desarraigo y una vulnerabilidad jurídica ante su situación de inmigrantes indocumentados.
"Pueblo de Dios, que peregrina en este mundo, oremos por los que han salido de su nación, por sus familiares y por los que han perdido la vida en el camino, sintamos el llamado del señor para que nos unamos y brindemos apoyo a quienes están cerca de nosotros, no desfallezcamos en hacer el bien, continuemos manifestando el rostro samaritano de nuestra amada iglesia", sostuvo.