En su mensaje dominical y en vísperas de año nuevo, el Obispo de Tapachula, Monseñor Jaime Calderón Calderón, explicó que es importante tomar conciencia de la responsabilidad enorme que existe en la historia humana, sobre todo, en tiempos donde la desigualdad, la intolerancia y la violencia han invadido el corazón de las personas.
Añadió que es importante aprovechar la oportunidad de vivir un año nuevo con el esfuerzo de que la paz sea parte fundamental de nuestra cotidianidad y superar creyendo firmemente que el camino de la paz ayudará a alcanzar las verdaderas metas y construir la paz en las tensiones personales, relacionales o familiares que tengamos.
Destacó que es importante reconocer que entre más grande es la comunidad de personas las fricciones y diferencias pueden alejar los corazones del objetivo principal: vivir en paz como hermanos en la fe. La lucha por querer imponer el punto de vista o criterio puede dañar a las personas y ahuyentarlas.
Asimismo, cuando los distintos grupos o comunidades ponen todo de su parte para vivir la paz esto posibilita que en la comunidad Diocesana, o mejor aún, en el Estado de Chiapas caminemos juntos por senderos rectos que nos lleven a vivir como hermanos.
Campesinos, empresarios, profesionistas, magisterio, pescadores, comerciantes, transportistas, comunicadores, hombres y mujeres de buena voluntad podemos hacer de nuestro Estado de Chiapas y de nuestra Diócesis de Tapachula una comunidad de hermanos en Cristo, de hijos de Dios que vivimos la Paz.
Por último, dijo que la profunda convicción de abandonar el deseo de dominar a los demás y aprender a vernos como personas, como hijos de Dios, como hermanos. Nunca debemos encasillar al otro por lo que pudo decir o hacer, sino que debe ser considerado por lo que es: un hijo de Dios, un hermano nuestro en camino de santidad. Sólo eligiendo el camino del respeto será posible romper la espiral de venganza y emprender el camino de la esperanza y la paz.
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