En la temporada navideña, la elección del árbol perfecto se convierte en una tradición arraigada en los hogares de todo el mundo. En este contexto, Sergio Cruz Hernández, originario de Orizaba, Veracruz, junto con sus compañeros, ha llevado durante años una iniciativa que va más allá de la simple venta de árboles de Navidad. Cultivan pinos naturales con esmero en su localidad y los trasladan hasta el malecón de Tapachula, Chiapas, donde los venden en el tradicional tianguis navideño.
Los árboles que Sergio y su equipo ofrecen no son simples objetos decorativos; son el resultado de un proceso que inicia con la siembra y culmina con el traslado a los tianguis navideños. Cultivan los pinos durante dos a tres años, cuidándolos desde su fase inicial, realizando podas regulares para controlar el crecimiento de las ramas y asegurando una adecuada nutrición. Después de este meticuloso procedimiento, los árboles son arrancados, colocados en costales y transportados hacia los puntos de venta.
Sostenibilidad y ventajas de los pinos naturales
Estos pinos naturales no solo resisten toda la temporada de diciembre, sino que también se enorgullecen de su contribución a la sostenibilidad ambiental. Sergio asegura que la mitad de los árboles que trajeron ya han encontrado su lugar en hogares tapachultecos. Además, destaca que los pinos naturales no generan alergias y que su cultivo y venta contribuyen a la reforestación de especies.
Los precios varían, oscilando entre 500 y 1000 pesos, dependiendo del tamaño. Desde el imponente árbol de dos metros y medio hasta opciones más modestas de 80 a 120 centímetros, estos pinos naturales resultan ser una alternativa económica en comparación con los artificiales, cuyos precios pueden superar los mil pesos.
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En cuanto a la seguridad, Sergio destaca que los pinos naturales son menos propensos a incendiarse en comparación con sus contrapartes artificiales. La humedad y el color verde de las hojas proporcionan una resistencia adicional contra cortocircuitos, a diferencia de los árboles artificiales, fabricados con materiales inflamables.
El dilema entre lo natural y lo artificial
Según datos de National Geographic y el British Carbon Trust, más del 80% de los hogares optan por árboles artificiales durante las festividades. Sin embargo, conservacionistas argumentan que, a pesar de la aparente comodidad de los árboles artificiales, su impacto ambiental supera sus beneficios.
Los árboles artificiales, fabricados con policloruro de vinilo (PVC), un derivado del petróleo, y producidos mayoritariamente en China, contribuyen significativamente a las emisiones de gases de efecto invernadero. Además, su corta vida útil y la falta de biodegradabilidad plantean preocupaciones medioambientales.
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En contraste, los árboles naturales son completamente reciclables y, aunque algunos terminan en vertederos, existen iniciativas para fomentar el cultivo sostenible y la reutilización.
Artificial:
- Pros: Duraderos, económicos, fácil mantenimiento.
- Contras: Contaminantes, lejanía en la fabricación, necesitan 20 años para ser eco-amigables.
Natural:
- Pros: Biodegradables, benefician al medio ambiente, aromatizan.
- Contras: Transporte complicado, requieren cuidado, más costosos (en algunos casos)
Este debate plantea preguntas cruciales a la hora de elegir el árbol de Navidad perfecto. Mientras algunos optan por la tradición y la sostenibilidad de los pinos naturales, otros buscan la conveniencia de los árboles artificiales. En última instancia, la elección recae en cada consumidor y su compromiso con el medio ambiente durante estas festividades.
Con información de Manuel Núñez