Don Agustín Reyes García no se deja vencer ni por la edad, ni los malestares, ni por cualquier obstáculo, sale desde las 6 de la mañana a ganarse el pan de cada día con su oficio de plomero.
Platica que vive solo, y todos los días desde muy temprano recorre las colonias de Tapachula para ir ofreciendo su trabajo de plomería que ocupen en las casas. Algunos conocidos tienen su número de celular, por lo que le marcan y le piden sus servicios, “Vengo de más arriba de Huixtla, salgo a las 6 de la mañana de mi casa para venir a trabajar a Tapachula donde mucha gente me conoce y realizo trabajos de plomería”, manifestó don Agustín a quien también lo conocen como “El Jarocho”.
Viudo desde hace 11 años y con 5 hijas, de las cuales una de ellas lo apoya, reconoce que con la edad tiene malestares en las rodillas por lo que ha ido al Centro de Salud, en donde dice que sí lo atienden, pero lamentablemente no hay medicamentos.
Por ello sale a trabajar a ganarse el sustento diario y también para tener dinero a fin de comprar los medicamentos que necesita. Señala que antes fue maestro de obra, pero ahora por la edad ya no puede, por lo que se dedicó a la plomería que aprendió desde muy joven.
“Yo entendía con planos o sin planos, fui maestro de obra, dirigí grandes obras; ahora por la edad solo trabajo. Trabajé con varios arquitectos muy reconocidos en Tapachula como Mario Sánchez, Rubén Chang Villalba, con Bodegas Arburúa y otros más”, resaltó Reyes García.
Agrega que también conoció a personajes políticos como José Antonio Aguilar Bodegas y Antonio Melgar Aranda.
En su andar por la Perla del Soconusco, nos comparte orgulloso que él participó en la construcción del Conjunto Cadelatos, el parque Juárez y otras obras más en donde contribuyó con su fuerza de trabajo a crear espacios públicos que son del uso de la población y visitantes de la región, nacionales e internacionales.
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Por las calles usted puede ver a don Agustín bien equipado con su morral al que lo carga de todo: sopapa (mango de madera y una ventosa de goma), llave inglesa, cinta de teflón, llave stillson, pinza pico de loro, taladro, cortatubo y líquidos para destapar desagües.
En la historia de este personaje de la tercera edad, resalta la perseverancia en este oficio de plomero, para asegurar su subsistencia. Este ejemplo destaca los desafíos económicos que enfrentan algunos señores, ya que no cuentan con una jubilación digna.
Sin duda, la perseverancia de don Agustín de 86 años de edad para continuar trabajando es digna de admiración. Su dedicación no solo refleja la importancia de la autosuficiencia, sino también su valiosa contribución a la población en general con su fuerza laboral.