Claudia Lorena López Medina, habitante de Tuxtla Gutiérrez, es una de las muchas familias chiapanecas que sufren los estragos de la pandemia, pues la venta de empanadas, tacos dorados o tamales típicos de la entidad, que le permitían contribuir a los gastos del hogar, afirma “que hoy es complicado cubrirlos pues debemos pagar luz, agua potable y buscar acceso al internet para apoyar en la educación de mis hijos”.
En su humilde hogar, relata que su esposo sale muy temprano a trabajar a un autolavado, y aunque muchas veces debe quedarse más tiempo porque los clientes son pocos, ella, durante dos o tres días de la semana vende antojitos en la colonia para ir cubriendo algunas necesidades básicas, porque la colonia en la que viven aún no cuentan con agua potable, drenaje, calles y viviendas dignas.
“Con la pandemia estamos ganando muy poco, antes vendía todos los días, ahora solo salgo dos días, la misma gente no tiene dinero, aunque mis vecinos quieran adquirir los productos que elaboro, es imposible porque algunas familias se quedaron sin trabajo y a todos nos abandonó al gobierno”, denunció.
Las familias en la colonia Unidad Antorchitas, dice que han buscado otras fuentes de ingresos y un grupo de representantes se ha dado a la tarea de buscar que se resuelvan los servicios básicos que por derecho les corresponde.
Sin embargo, hasta al momento esta gestión no ha sido exitosa, aunque el gobierno federal señale que trabaja para el pueblo, el gobierno municipal lleva como consigna “no atender las demandas de los tuxtlecos, como el compromiso de ayudar en el drenaje que se nos fue negada”, afirmó.
Hizo un llamado al gobierno federal a que se revise cuánta ayuda está llegando a la población, porque a los pobres no les está llegando ayuda alimentaria en la pandemia, a casi un año siguen el abandono, sobreviviendo con lo poco que pueden llevar -arroz y frijoles- “tampoco hay obras para el desarrollo de nuestras colonias y seguridad para las familias”, finalizó.