¡Tijeras a la obra! Más de 50 años siendo peluqueros en Huixtla

Dos peluqueros de Huixtla, expertos en su oficio, destacan por su habilidad con las tijeras y la importancia de mantener la confidencialidad de las vivencias de sus clientes

Amílcar García / Diario del Sur

  · lunes 29 de abril de 2024

Con los peluqueros de antaño no se pierde el estilo. Imagen para ilustrar/Foto: Archivo / El Sudcaliforniano

Con manos habilidosas y conocedores de anécdotas tristes, chuscas y otras incontables, dos reconocidos peluqueros de Huixtla platicaron con Diario del Sur, señalando que con tijera en mano han escuchado infinidad de vivencias, pero el sentir de sus clientes lo reservan celosamente para no caer en malos entendidos.

Los entrevistados, cuyas herramientas esenciales son las tijeras, navajas, peine y el espejo, pulen la imagen de los caballeros cortándoles el cabello o afeitándolos, utilizando shampoo y diversos tratamientos para el rostro y cuero cabelludo.

Son don Fernando Argueta Pérez y don Ramón Martínez Flores, ambos peluqueros quienes indican han vivido de este oficio por décadas, sacando adelante a sus familias, manteniendo su clientela a pesar de que existen muchas estéticas modernas en la ciudad, por lo que ellos han innovando en la atención y aunque antes solo hacían cortes de barba y cabello, tras actualizarse ahora ponen tintes, depilan cejas, cortan bigote y hasta ofrecen tratamientos capilares a los caballeros.

Don Ramón Martínez Flores, cuenta con 74 años de edad y menciona que lleva alrededor de 50 años en el oficio de la peluquería, de donde ha sacado adelante a su familia, dando educación y todo lo que incluye la responsabilidad de un hogar a su descendencia.

Cita que él rentó por muchos años locales en la zona Centro de Huixtla, donde además había un sastre, pero al elevarse las rentas a tres o cuatro mil pesos, más el pago de servicios como luz y agua, se afectó su economía y aunque estaba dado de alta en hacienda decidió darse de baja, porque ya no le alcanzaba.

Dijo que las estéticas sí afectaron sus ingresos pues anteriormente nadie les competía, pero ahora muchos padres de familia prefieren llevar a sus hijos a estas y no a una peluquería.

Ante la situación, se vio en la necesidad de trasladar su negocio a su domicilio particular, en la calle Belisario Domínguez y Arteaga, donde aunque no le ha ido tan bien como antes, él sigue trabajando, demostrando su capacidad y experiencia, agradecido de que sus clientes lo sigan buscando en su hogar.

Don Ramón recordó a dos de sus compañeros de oficio, Óscar y Ostogui Richars, quienes fueron buenos peluqueros, señalando que antes eran conocidos como “fígaros”, citando también a su hermano González, con la peluquería Paquito, quien aún sigue trabajando.

Los peluqueros pulen la imagen de los caballeros cortándoles el cabello/Foto: Amílcar García / Diario del Sur


Innovando en el oficio por 63 años


Don Fernando Argueta, otro de nuestros entrevistados es originario de la comunidad Francisco Sarabia, del municipio de Tuzantán, mismo que desde los 17 años de edad comenzó con este noble oficio y aunque actualmente cuenta con 80 años de edad, dijo sentirse potente para seguir trabajando en su peluquería ubicada en la calle Porfirio Díaz y avenida Rayón, en un lugar muy estratégico, ya que es una zona bastante transitada.

Menciona que él ha sostenido a su familia de este oficio. Por lo que orgulloso comenta que tiene cuatro hijos, ya todos profesionistas, uno de los cuales aunque estudió ingeniería industrial, ya no ejerció la carrera y decidió seguir el arte de cortar cabello en el estado de Querétaro.

“A mí no me preocupa que cerca de mi negocio se instalen jóvenes pues también tienen derecho de trabajar, pero mi experiencia me ha recomendado y siempre estoy actualizándome con los cortes de acuerdo a la moda de cada cliente y así aplico lo que me pidan. Se que también hay estéticas pero como peluqueros tenemos que seguir adelante”, señaló.

Dijo que aunque muchos prefieren ir a una estética donde son atendidos por damas y se entiende, con los peluqueros de antaño no se pierde el estilo y por eso siguen de pie demostrando capacidad.