Productores de rambután hicieron un llamado a las autoridades estatales y federales, ya que, urgen esquemas de control y comercialización para inhibir o disminuir la presencia de los intermediarios o coyotes y con ello también evitar la especulación de los precios.
El presidente de la asociación agrícola de productores de rambután, Alfredo López García, afirmó que el “coyotaje” o intermediarismo es una carga pesada para el productor, ya que su esfuerzo nunca es bien recompensado, pues sólo recupera sus costos de producción y el que se lleva las grandes ganancias, sin esforzarse, es el intermediario, aseguraron.
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Comentó que gran parte de la fruta exótica es comercializada a precios muy por debajo de los costos de producción, ya que el coyote le compra la producción en 5 pesos el kilo, y este la oferta en otro valor, generando las ganancias sin trabajar la planta.
Lamentó que en el caso del rambután, el gobierno nunca le ha apostado a un acompañamiento para mejorar las condiciones del agroproductor, tan sólo se enfocan en programas sociales como “Sembrando Vidas”, pero no garantiza un progreso al productor establecido.
Dijo que desafortunadamente, la desarticulación productiva y de comercialización es lo que ha permitido el desarrollo y expansión de un intermediarismo altamente rentable que, al contar con la liquidez financiera, transporte, información de mercados, infraestructura de acopio y distribución, le permite captar volúmenes considerables de mercancías a bajos precios.
"El grado de intermediarismo provoca que, en el país, los precios de alimentos en granos o frutas se encarezcan de manera exponencial, por lo que se tiene que hacer algo para combatir el intermediarismo innecesario e ineficiencias en la cadena alimentaria, que generan sobrecostos al consumidor final y baja remuneración al productor primario", abundó.
Por otro lado, expertos agrícolas advierten que, el intermediarismo debe ser entendido antes que satanizado, pues contribuye a hacer posible la producción resolviendo tareas que autoridades y pequeños productores no pueden hacer, como es adquirir aquellos productos de huertos que si no lo hicieran se perderían por falta de cosecha, acopio y transporte a las zonas urbanas, y más aún, hacen llegar los alimentos a las regiones más incomunicadas.