Ante el acelerado crecimiento que tiene la ciudad de Tapachula y lo que se genera de toneladas de basura, especialistas ambientales demandaron hacer un proyecto para tener un nuevo relleno sanitario en la ciudad lo antes posible.
Vicente Castro Castro, investigador del Centro de Visión para Mesoamérica (CIM), señaló que en la ciudad no se tiene un buen manejo de los desechos que se generan y mucha de la basura se va a los ríos, patios baldíos e inclusos a las coladeras de la ciudad, por ende, es necesario un relleno sanitario que sea eficiente y que tenga un manejo industrializado de los desechos sólidos, lixiviados y gases.
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“Urge proyectar adecuadamente la creación de un relleno sanitario para la ciudad, pero sobre todo tener un adecuado manejo de la basura y separar los residuos peligrosos de los sólidos”, expresó el investigador.
Detalló que basado en el principio de que cada persona genera un promedio de uno a dos kilos de basura diaria y que la población es de 350 mil personas, se estaría generando entre 350 a 700 toneladas de desechos cada día. Se trata de un 128 por ciento más que en 2018, cuando se generaron poco más de 270 toneladas al día; en ese año se realizó el último esfuerzo por dejar un relleno sanitario funcional para la ciudad, pero quedó inconcluso y la obra se adjudicó al entonces gobierno de Manuel Velasco.
Añadió que la población sigue creciendo, así como la generación de basura en el municipio y las autoridades deben ir pensando en un lugar más grande en donde tirar los desechos que se generan en la ciudad.
Indicó que el basurero de la ciudad está quedando chico para miles de toneladas de basura que generan los tapachultecos todos los días, independientemente de la población flotante de los miles de migrantes.
“Para poner un relleno sanitario la mejor opción sería la zona baja de la ciudad, ya que de esa manera se evitaría tener una contaminación dispersa y que no haya asentamiento de personas cerca”, abundó el especialista de la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH).
Precisó que los terrenos para un relleno sanitario deben ser ya trabajados, no que tengan vegetación y no estén cerca de un área natural protegida para evitar contaminación.
Puntualizó que para poner un relleno sanitario se debe realizar un estudio de flora, fauna, elegir el mejor lugar y donde no se afecte a la población con los malos olores que generan estos lugares
El relleno que quedó como tiradero
En julio de 2018 el exgobernador Manuel Velasco Coello realizó en Tapachula la supervisión de los trabajos para la instalación de una segunda etapa para el relleno sanitario, el entonces alcalde Neftalí del Toro ubicó los terrenos para esta obra en la zona norponiente de la ciudad, en la colonia 18 de octubre.
Desde el año 2013 se dio paso a una primera etapa formal para la creación del relleno celda de confinamiento para residuos sólidos, lixiviados y gases, con un costo cercano a los 23 millones de pesos, de acuerdo con el entonces titular de la Secretaría de Medio Ambiente e Historia Natural (Semahn), Carlos Morales Vázquez.
Para el 2016 se concluye la segunda etapa que consta de la construcción de una tercera celda con sus respectivas obras para el control de lixiviados y biogás, rehabilitación de camino interno, cercado frontal, saneamiento de áreas.
Ya en 2016 Tapachula generaba 273 toneladas de residuos diariamente en este municipio; a esto se sumaban poco más de 50 toneladas provenientes de otros lugares como Tuxtla Chico, Huixtla y Huehuetán.
Sin embargo, el acelerado crecimiento de la ciudad, así como su zona conurbada se comió prácticamente en menos de 6 años al proyecto, que hasta la fecha sigue inconcluso y a la espera de que alguna de las administraciones actuales o venideras terminen con él, lo que le daría verdadera viabilidad al manejo de los residuos en Tapachula.
De acuerdo con expertos de Ecosur y de la Unach, hace falta al menos dos celdas más de las que actualmente operan, no se tiene un adecuado manejo del biogás, porque con el metano se lograría producir energía eléctrica para el consumo municipal.
Las cerca de 350 toneladas de basura que actualmente acumula Tapachula podrían dar cabida a una central eléctrica, con lo que se dejarán de emitir a la atmósfera 250 mil toneladas de dióxido de carbono (CO2) al año, indicaron.