El martirio de la repatriación de un migrante

No solo es el alto costo que tienen que pagar para repatriar un cuerpo, familiares de migrantes fallecidos en México también luchan contra la burocracia

Carlos Mejía / Diario del Sur

  · miércoles 14 de febrero de 2024

Los féretros en México, tiene un costo entre los 4 mil y los 10 mil pesos / Foto: Carlos Mejía / Diario del Sur

Repatriar el cuerpo de un migrante fallecido en suelo mexicano es un martirio para sus familiares, lo cual, va desde los altos costos que tienen que pagar hasta la burocracia de los trámites.

Desde Tapachula hacia países centroamericanos, el costo de trasladar un cadáver varía entre los 35 mil y 57 mil pesos, dependiendo el tipo de caja seleccionada, pero México tiene un rango de 4,000 a 10,000 pesos, con posibles aumentos.

Guadalupe Hernández Mendez, agente de ventas de una funeraria en Tapachula señala, el complejo proceso de repatriación de restos humanos es una acción que busca devolver a los fallecidos a su país de origen.

La repatriación no es sólo un traslado físico, sino un proceso que puede extenderse entre una y dos semanas, dependiendo del destino final. Si el fallecido carece de un seguro de decesos la carga económica recae directamente en los familiares, lo cual, es un desafío emocional y financiero”, advierte.

La decisión sobre la disposición del cuerpo se convierte en un dilema para las familias, especialmente, cuando los costos se multiplican.

Guadalupe Hernández Mendez, agente de ventas de una funeraria en Tapachula / Foto: Carlos Mejía / Diario del Sur

La burocracia asociada al traslado exige una meticulosa preparación de documentación solicitada a petición de un familiar. Ésta incluye la solicitud de traslado, el certificado médico que detalla la causa de fallecimiento y el método de conservación del cuerpo, que debe ser embalsamado, junto con el certificado médico de embalsamamiento.

Así como notificar a las autoridades locales y solicitar acompañamiento al consulado correspondiente son pasos fundamentales en este proceso.

 

 

Una vez que el cuerpo es “liberado” por las autoridades forenses, la familia enfrenta la crucial decisión de optar por la cremación o el traslado del cadáver, marcando el final de un viaje emocional y logístico.

La repatriación más allá de los números se revela como una odisea que involucra el delicado equilibrio entre el respeto a los fallecidos y las realidades económicas y administrativas.

De acuerdo con las autoridades ministeriales, alrededor de 98 migrantes que han fallecido en tierras mexicanas fueron repatriados a su país de origen, entre ellos, 23 cubanos, siete venezolanos, mientras que nueve haitianos quedaron en los panteones de Tapachula al no tener dinero para el regreso a su país.

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En estas cifras se cuentan 16 mujeres cubanas fallecidas en la Costa de Chiapas durante un accidente que se registró en el tramo de Mapastepec - Arriaga.

Este caso fue tomado por una funeraria de San Cristóbal de las Casas, la cual, tenía todos las facultades para trasladar los cuerpos hacia el país cubano.