Chiapas es uno de los estados del país más ricos en flora y fauna gracias a sus variedad de climas. Tan solo la Selva Lacandona alberga el 20% de todas las especies de plantas y animales de México, sin contar sus demás reservas naturales
En estos ecosistemas la fauna es igual muy variada entre insectos, aves, peces, mamíferos, anfibios y reptiles; de estos últimos existen al menos 227 especies en este estado ubicado al sureste de la República Mexicana, entre los que destacan las serpientes.
Según datos de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, en México existen 322 especies de serpientes de ellas, el 34% se concentra en Chiapas, de las cuales, 20 son consideradas venenosas.
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La Selva Lacandona es el lugar de Chiapas donde se concentra la mayor cantidad de especies venenosas, debido a su gran superficie y a su clima húmedo, idóneo para este tipo de animales, sin embargo, también pueden encontrarse en la zona norte, bosques, costa, frailesca y metropolitana de Chiapas.
En la depresión central del estado pueden encontrarse especies de serpientes como el coralillo de canutos, el cantil y el cascabel tropical. Asimismo, en la zona costa se encuentran las especies de coralillo, la nauyaca real y la nauyaca chatilla.
Mientras que en la Sierra Madre de Chiapas las serpientes venenosas más comunes son la nauyaca de frío, la nauyaca bicolor o adornada, la nauyaca saltadora y el coralillo.
La Semarnat refiere que estos reptiles son temidos por su capacidad de inocular veneno, o de asfixiar a sus presas, pero que también son perseguidas por coleccionistas extravagantes que propician el tráfico ilegal para mantenerlas cautivas, y acosadas por el avance urbano en que son las primeras especies en morir asesinadas.