/ miércoles 11 de septiembre de 2024

Saqueo de manglares en La Encrucijada pone en riesgo ecosistema y economía local

El impacto de la deforestación del manglar afecta la calidad de vida de quienes residen dentro y alrededor de la reserva, es urgente atender y combatir la problemática

Desde la década de 1970 hasta la fecha, se ha perdido un promedio del 70 por ciento del manglar en la reserva de la biosfera La Encrucijada, con las afectaciones más severas registradas a partir del año 2000, señaló Vicente Castro Castro, investigador de la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH).

El investigador destacó que a partir del 2000 el saqueo del manglar alcanzó sus niveles más críticos, estimándose que en ese periodo se perdió el 50% de este ecosistema, que es fundamental para la biodiversidad de La Encrucijada.

“El manglar es una asociación vegetal con múltiples funciones vitales: produce gran cantidad de oxígeno, captura carbono, actúa como sumidero de contaminantes y es un área de crianza y reproducción para muchas especies acuáticas de importancia económica”, explicó.

Castro añadió que cuando se saquea el manglar, todas sus funciones y servicios ambientales se ven gravemente afectados, lo que impacta directamente a la población. Por esta razón, es crucial evitar esta actividad, la cual es considerada un delito debido al daño que provoca.

Subrayó que por cada hectárea de manglar se producen aproximadamente 750 kilogramos de camarón en esa zona. A medida que se pierde el manglar, disminuye también la producción de camarón y otras especies que dependen de este ecosistema.

El impacto de la deforestación del manglar afecta la calidad de vida de quienes residen dentro y alrededor de la reserva, por lo que es urgente atender y combatir esta problemática, señaló el investigador.

Castro explicó que el saqueo del manglar muchas veces es realizado por los propios habitantes de la zona, quienes lo utilizan como fuente de energía, para la construcción, en uso doméstico y para su comercialización como leña.

“El saqueo continúa a un ritmo elevado y, lamentablemente, la supervisión por parte de las autoridades federales, estatales y municipales es limitada, lo que dificulta una estimación precisa de los daños”, agregó.

Finalmente, mencionó que ya se están llevando a cabo trabajos y esfuerzos para proteger este ecosistema en las costas de Chiapas, con iniciativas para restaurar las áreas afectadas desde los años 70.

El impacto de la deforestación del manglar afecta la calidad de vida / Foto: Alejandro Gómez / Diario del Sur

Desde la década de 1970 hasta la fecha, se ha perdido un promedio del 70 por ciento del manglar en la reserva de la biosfera La Encrucijada, con las afectaciones más severas registradas a partir del año 2000, señaló Vicente Castro Castro, investigador de la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH).

El investigador destacó que a partir del 2000 el saqueo del manglar alcanzó sus niveles más críticos, estimándose que en ese periodo se perdió el 50% de este ecosistema, que es fundamental para la biodiversidad de La Encrucijada.

“El manglar es una asociación vegetal con múltiples funciones vitales: produce gran cantidad de oxígeno, captura carbono, actúa como sumidero de contaminantes y es un área de crianza y reproducción para muchas especies acuáticas de importancia económica”, explicó.

Castro añadió que cuando se saquea el manglar, todas sus funciones y servicios ambientales se ven gravemente afectados, lo que impacta directamente a la población. Por esta razón, es crucial evitar esta actividad, la cual es considerada un delito debido al daño que provoca.

Subrayó que por cada hectárea de manglar se producen aproximadamente 750 kilogramos de camarón en esa zona. A medida que se pierde el manglar, disminuye también la producción de camarón y otras especies que dependen de este ecosistema.

El impacto de la deforestación del manglar afecta la calidad de vida de quienes residen dentro y alrededor de la reserva, por lo que es urgente atender y combatir esta problemática, señaló el investigador.

Castro explicó que el saqueo del manglar muchas veces es realizado por los propios habitantes de la zona, quienes lo utilizan como fuente de energía, para la construcción, en uso doméstico y para su comercialización como leña.

“El saqueo continúa a un ritmo elevado y, lamentablemente, la supervisión por parte de las autoridades federales, estatales y municipales es limitada, lo que dificulta una estimación precisa de los daños”, agregó.

Finalmente, mencionó que ya se están llevando a cabo trabajos y esfuerzos para proteger este ecosistema en las costas de Chiapas, con iniciativas para restaurar las áreas afectadas desde los años 70.

El impacto de la deforestación del manglar afecta la calidad de vida / Foto: Alejandro Gómez / Diario del Sur

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