El movimiento armado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), del 1 de enero de 1994, en Chiapas en el sur de México, es un claro ejemplo de las desigualdades y no debemos ser testigos y testigas de lo que pasa, hay que actuar y buscar soluciones a los rezagos sociales ancestrales, afirmó Alejandra Soriano Ruiz, representante de la Promotora de la Igualdad de los Derechos y Empoderamiento Político de las Mujeres (PROIDECH).
Dijo que si bien existe un reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas a nivel internacional, nacional y local, hace falta que se recupere los procesos de paz, de justicia y de reconciliación a partir de la atención justa a las demandas de los pueblos planteadas en los acuerdos firmados con el gobierno federal en el 2016.
El Estado Mexicano deberá dar el primer paso reconociendo que existe el conflicto sin resolverse, que debe activarse la Comisión de Concordia y Pacificación (COCOPA) del Congreso de la Unión, y que deberá activarse todo un plan integral de atención no solo al EZLN, sino a todos los pueblos originarios del estado.
Las jurisprudencias y sentencias de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) en materia de los pueblos indígenas, ha hecho hincapié en la necesidad de garantizar la justicia social, podríamos analizar que existen procesos institucionales de atención, pero no es suficiente, en el tema de los derechos de lo pueblos indígenas sigue habiendo grandes pendientes, reiteró.
De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda del 2020 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la población indígena del estado es el 33 por ciento de la población total con 1.4 millones de personas, dispersos en más de la mitad del territorio, quienes aspiran a ver resuelto sus necesidades.
Si bien para las elecciones del 6 de junio próximo en la elección de 13 diputados federales de Chiapas deben postularse candidatos indígenas en 5 distritos y en 9 de los 24 distritos electorales locales, así como al menos 41 planillas indígenas para la elección de miembros de ayuntamientos, eso no es todo, hay que ser más congruentes y generar procesos de atención integral para reconciliar a los pueblos originarios, abundó.
Puntualizó que a los pueblos deben verse con una perspectiva intercultural, en pleno respeto, hace falta la incorporación de los derechos humanos de las mujeres indígenas al desarrollo económico, político, social y cultural, con atención prioritaria a la salud y a la educación.
Pero también deberá resolverse los asuntos que duelen y mucho como el intercambio de las niñas y adolescentes por dotes en muchas comunidades, mientras a las niñas y a las mujeres no se les reconozca a plenitud, ni se les permita participar en igualdad de condiciones hacia el desarrollo, siempre habrá grandes asimetrías.