Comenzó como un pequeño tiradero clandestino de basura situado a unos 100 metros de la corriente del río Suchiate, pero ahora se ha convertido en una masa de residuos tóxicos, animales muertos y basura de viviendas y comercios aledaños al afluente internacional que son arrojados sin cautela alguna.
El foco de contaminación está a la vista de propios y extraños, menos de las autoridades que son "ciegas" ante el inminente foco de contaminación que, sin duda, llega hasta las aguas de este río que divide a México y Guatemala.
Se trata de una marea de bolsas y botellas de plástico, esas que aseguran los ambientalistas que tardan un siglo en deteriorarse. Pero no es lo único, en esa misma masa de inmundicia viajan vidrios rotos, comida putrefacta y hasta animales muertos que han sido depositados allí, sin que exista consciencia del daño que representa la acción.
Doña Rubí lleva casi una década vendiendo comida cerca del río, del lado mexicano. Para ella, los hedores en ocasiones son insoportables, más si hay humedad, peor aún cuando se conjuga lluvia y calor.
"Toda esa basura genera mucho disgusto aquí, a mi en lo personal me ahuyenta a mis clientes, que ya no quieren comer por el mal olor, pero nadie sanciona ni hacen consciencia del daño que esto representa, no sólo para nosotros que tenemos aquí nuestra actividad, sino en general", señaló la comerciante.
En medio de este basurero clandestino que ha crecido en el último bimestre, operativos migratorios, de salud y hasta de seguridad se han implementado, sin que hasta el momento alguna autoridad tome cartas en el asunto y atienda esta problemática que ya toma categoría ambiental por el daño que representa para la salud humana y animal.
En varias partes de suelo pegado al río Suchiate también se observan restos de basura que lugareños han quemado, lo que complica aún más esta situación, debido a que hay restos de vidrio y botellas que se degradan y van directo al agua, donde habitan peces que son envenenados.
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Ante tal situación, es necesaria la intervención de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), para que atienda cuanto antes el problema de contaminación que se genera en la frontera entre México y Guatemala, sin que nadie rescate estas áreas de paso obligado de personas a diario.