En los últimos meses, la indigencia o personas en situación de calle ha aumentado de manera considerable en Tapachula, sin embargo, es un tema que no ha sido atendido por las autoridades.
Los indigentes transitan y permanecen en los mercados públicos, las plazas públicas, los edificios abandonados, donde piden limosna, comida o agua, pero la gente pasa rápidamente e intenta no verlos, algunos cruzan la calle para evitar los olores fétidos que despiden de su cuerpo por la falta de higiene.
Roberto, es uno de tantas personas que vive en las calles de Tapachula, quien sobrevive con las pocas monedas que recibe de las personas que transitan por el parque central o de la comida que recibe en los restaurantes.
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Con su cabello largo y su ropa sucia, contó que desde hace años se salió de su casa a causa de su adicción a las bebidas alcohólicas, y desde entonces ha estado viviendo en las calles.
"Duermo en las calles o afuera de negocios, y en ocasiones nos corren los policías pero no tenemos otra opción, esta vida nos tocó que vivir y pues tengo que pedir limosna para comprar comida", abundó.
En la ciudad no existe un lugar que brinde refugio a este tipo de personas que se quedan a dormir en las calles, tampoco cuentan con un tratamiento médico ni psicológico, porque no existe la infraestructura para ello.
Este es un problema de salud pública, ya que estas personas hacen sus necesidades al aire libre, se meten a las tiendas, a los restaurantes generando diferentes molestias a la población, por lo que muchos optan por evadirlos.
Y aunque hay un marcado incremento de estas personas, también otros llegan a desaparecer y nadie sabe qué destino tuvo, ya la mayoría de las personas los ve con desprecio ante las condiciones físicas en que se encuentran.