Para los menores migrantes que confirmaron la sexta caravana que salió de Tapachula no hubo festividades del Día del Niño y terminaron arriba de las unidades del Instituto Nacional de Migración.
Los 50 menores de diferentes nacionalidades que conformaban este continente, dejaron su país con sus padres por la violencia, inseguridad y en busca de una mejor vida.
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Para los menores migrantes, en su mayoría venezolanos no hubieron regalos, globos, payasos o risas, solo cansancio, sudor, lágrimas y hasta desvanecimiento por las altas temperaturas.
Ismael, originario de Venezuela mencionó que el mejor regalo que le pueden hacer a él, es que lo dejen llegar a los Estados Unidos con su papá y mamá; “Yo solo quiero llegar a mi nueva escuela y jugar con mis amigos, pero en los Estados Unidos”, expresó antes de terminar arriba de la unidad del INM.
Así como Ismael, el resto de los niños que platicaron para Diario del Sur sueñan que llegar a los Estados Unidos y ser deportistas, doctores e ingenieros para poder ayudar a su familia.
Los menores migrantes son los más vulnerables en estos éxodos masivos que están realizando sus padres con el objetivo de darles una mejor vida; según datos oficiales del Instituto Nacional de Migración (INM) hasta el 25 de abril del año en curso han atendido ha 5 mil 952 de los cuales: 518 son no acompañados, 3 mil 97 acompañados y 2 mil 337 viajan en núcleos familiares.