De aquí pa’ allá y de allá pa’ ca. El flujo de personas en la frontera México - Guatemala no para por el río Suchiate. La política del presidente Alejandro Giammattei parece errar y quedar en discurso. La del gobierno mexicano ni siquiera se avista.
Tres pasos informales, uno de estos exclusivo para mercancías, operan a toda hora del día: el Coyote, Palenque y El Limón (cargas).
Josue, uno de los balseros que trabaja en la ribera del Río Suchiate, afirma que en los pasos El Coyote y Palenque operan unas 30 balsas.
El nativo de Guatemala señala que por día, cruza a un aproximado de 90 personas de Guatemala a México, es decir, un estimado de dos mil 700 personas por día sin ningún control sanitario ni migratorio.
La demanda de transporte irregular es mucha en la frontera sur.
Sueño americano frustrado
Una familia proveniente de Michigan ha cruzado este miércoles en una de las balsas del Suchiate.
Carlos, el único hombre en el grupo d e cuatro hermanos, teme haberlo tío arriba sobre una balsa.
“Tanto viajar para quedar ahogado aquí”, rechista mientras sube con turbulencia a la cámara.
Tras una estadía fallida en Estados Unidos, han decidido regresar a su natal Escuintla para estar con el resto de su familia.
La pandemia ha frenado todo intento de desarrollo y la textilera para la que trabajaban los ha hecho retornar.
“Pensábamos que íbamos a encontrar muchas trabas para pasar, pero vemos que no hay nada, bien pudimos traernos unas cositas de más de aquí de la frontera porque están más baratas”, comenta el viajero.
El periplo de los hermanos Gómez ha concluido un tanto agridulce. Regresar con maletas de ropa y las manos vacías de esperanzas en medio de discursos políticos fallidos por la pandemia, solo recrudece aún más su realidad: no habrá trabajo al llegar a su hogar.
Los hermanos regresan sentados en bolsas apiladas de Maseca.
¿Cuál freno al contrabando ?
Y no es sólo harina. Refrescos enlatados, embotellados y demás alimentos enlatados pasan sin cautela ni filtro aduanal ni sanitario.
Uno espera encontrar en Tecún Umán a militares emprendo con ansias a los traficantes de mercancías, pero nada de eso ocurre, solo algunas patrullas de la Policía Nacional Civil ( PNC) que recorren las calles y soslayan para advertir la presencia del contrabando.
“Aquí no hay nada, hace como mes y medio vinieron a hacer su escándalo con esos carrotes fieros, pero pura fiesta son y no hacen nada”, refiere doña Indira, mientras echa tortilla en su comal para venderlas.
En el puerto fronterizo con México solo se escucha el viento. Los elementos de Migración ( de ambos países) toman la siesta. Arriba, en el puente, no hay nadie a quien detener; abajo, la pasadera está imparable.
México y Guatemala comparten frontera, políticas simuladoras y discursos que solo son el “hazmerreir” de los balseros del Suchiate.