El paso y flujo de migrantes centroamericanos y haitianos persiste en municipios de la frontera sur, como efecto colateral a las deportaciones que el Instituto Nacional de Migración (INM) realiza desde Tapachula y Estados Unidos donde prácticamente los dejan abandonados en la franja fronteriza con Guatemala.
Muchos extracontinentales y personas originarias de Centroamérica, han comenzado a andar en Tuxtla Chico, Cacahoatán, Frontera Hidalgo, Suchiate y Metapa de Domínguez, en su afán por regresar de nueva cuenta a Tapachula, donde buscan consumar su estatus de refugio en el sur de México, mientras que muchos más esperan que el INM acelere los trámites que están pendientes o buscan iniciar.
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En las últimas horas, grupos de hondureños y guatemaltecos han sido avistados en calles de Tuxtla Chico, donde buscan pernoctar tras descender de los camiones que los llevaron hasta el puerto fronterizo en este caso de Talismán, Tuxtla Chico, colindante con el departamento la localidad de El Carmen, San Marcos en Guatemala.
A esto el INM ha respondido con pesquisas sorpresivas en las últimas horas, así como patrullajes en horarios nocturno y de madrugada, para intentar sorprender a los extranjeros que bajan la guardia en su retorno hacia Tapachula.
En lo que va de la semana, una fuente cercana al INM ha declarado al Diario del Sur que suman más de 200 migrantes detenidos, entre haitianos y centroamericanos, mismos que fueron detenidos por la Guardia Nacional y policías migratorios en distintos municipios, principalmente en rutas que conducen hacia Tapachula.
Las tareas de búsqueda se han extendido incluso hasta el municipio de Huixtla y otros municipios de la región Soconusco, a donde se ha concentrado elementos militares y migratorios para definitivamente impedir la salida de los migrantes de Chiapas al norte de México.