David Guzmán Salas, líder magisterial de las Bases Magisteriales Organizadas de la Sección 40 (Bamos-40), dio a conocer que la llegada constante de niñas, niños y adolescentes migrantes representa un reto para las autoridades educativas, así como para los maestros de Chiapas.
Explicó que la llegada de la niñez migrante ha impulsado a las escuelas a adaptar sus métodos y programas para poder recibir a estudiantes que provienen de contextos culturales y educativos muy diversos a los mexicanos.
“El proceso de integración no es sencillo, ya que muchos de estos niños han tenido que abandonar la escuela en sus países de origen debido a la violencia o la pobreza extrema. Esto representa un gran desafío tanto para los docentes como para los alumnos, que deben aprender a convivir y adaptarse a una realidad multicultural”, expresó.
Dijo que para hacer frente a estos desafíos, algunas escuelas de Tapachula han comenzado a trabajar con psicólogos y trabajadores sociales, quienes brindan apoyo emocional a los estudiantes migrantes que llegan a la ciudad. Sin embargo, son muy pocas las instituciones que lo hacen debido a la falta de recursos.
Precisó que en Chiapas hay un promedio de mil 200 alumnos migrantes de Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Cuba, Venezuela e incluso de Haití; estos últimos representan un reto mayor debido a la barrera lingüística.
Destacó que Tapachula y Tuxtla Gutiérrez son las ciudades con mayor número de menores migrantes en sus centros educativos, aunque también hay otras regiones que están recibiendo alumnos de diferentes nacionalidades.
Externó que los maestros están aplicando nuevas estrategias educativas para atender a los menores migrantes que no están familiarizados con el contexto de la educación mexicana, ni con los planes educativos.
Señaló que los maestros enfrentan también retos administrativos debido a la documentación que pide la Secretaría de Educación, más que en lo educativo, pues están capacitados para atender a los niños en cuanto a su preparación académica.
“El fenómeno de la migración infantil ha puesto en evidencia la necesidad de mejorar la infraestructura de los centros educativos y facilitar el ingreso de estos estudiantes, ya que es el papeleo lo que complica el acceso a la educación de los menores migrantes en la ciudad”, abundó.
Puntualizó que es necesario que las nuevas autoridades estatales busquen que la educación sea más inclusiva en el ambiente multicultural que se vive ante la llegada de miles de migrantes.
80% de menores en movilidad sin acceso a educación en Chiapas
A pesar que las autoridades realizan esfuerzos para integrar a los alumnos al sistema educativo, solo 2 de cada 10 logran acceso a la educación en Chiapas, principalmente, en la frontera sur, indicó Desiree Rosales, gerente del Proyecto Faro, un programa que busca integrar a niñas, niños y jóvenes al sistema educativo.
Señaló que la niñez en contexto de movilidad sufre discriminación cuando sus padres intentan acceder a la educación por su cuenta y que debe haber un acompañamiento de organizaciones de la sociedad civil para facilitar el acceso a las escuelas.
“El 80% de los menores no puede acceder a la educación, y el 20% que lo logra es gracias al acompañamiento cercano en la búsqueda de ingreso a las aulas por parte de las organizaciones de la sociedad civil”, expresó.
Añadió que las propias autoridades complican los procesos de acceso a la educación por la tramitología o por la falta de documentos necesarios, cuando la educación es un derecho universal para todos.
Precisó que incluso como organización, han solicitado que niñas, niños y jóvenes en movilidad puedan ingresar a escuelas como oyentes en Chiapas, principalmente, en Tapachula, pero esto ha sido imposible.
Destacó que además, muchos padres extranjeros se sienten intimidados al acudir a las escuelas por falta de conocimiento e información, ya que consideran que no tienen derecho a este tipo de servicios.
“Los padres de la niñez en contexto de movilidad humana, cuando llegan a los municipios de Chiapas, desde Suchiate hasta Arriaga y ahora Tuxtla Gutiérrez, están más preocupados por cubrir sus necesidades básicas y la educación no es prioridad”, abundó.
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Externó que al menos el 40% del flujo migratorio que llega a la ciudad o al estado de Chiapas son menores de edad que viajan con sus padres o solos, en busca de mejores oportunidades de vida.
Finalmente dijo que como organizaciones, seguirán luchando para que las niñas, niños y adolescentes tengan derecho al acceso a la educación en la frontera sur, principalmente en Tapachula, que concentra el mayor número de personas migrantes.