De niño soñaba en ser soldado, convertirse en un militar brillante, siendo joven ingresa al Colegio Militar, pero su misión y felicidad en esta vida, estaba al lado de Isabel.
Pero esto fue hace mucho y la historia de René López Guillén debe narrarse con justicia.
Se trata del hijo de Don Enrique López Trinidad y la estimada Gloria Guillén Sánchez, es el segundo de tres hijos, fue educado bajo la ley de Dios, primero por las Siervas de Jesús Sacramentado y finalmente con el extinto Padre Ezequiel Nieto, cursando el bachillerato en el Colegio Miguel Hidalgo.
En su juventud le ocurrió de todo, se preparaba para ir al Colegio Militar, cuando sus padres lo descubren y creyeron cambiarle la vida enviándolo ese verano a la Unión Americana.
Rebelde, de personalidad alegre pero decidido en sus acciones, ingresa al Colegio Militar, iba preparado para todo, menos para el encierro, su libertad comenzó revelarse así que deserta y regresa a Tapachula, su otra carta bajo el brazo era convertirse en abogado e ingresa al CEST, incursiona en el estudio de las leyes destacándose por ser uno de los mejores de la primera generación de esa escuela.
Su vida no ha sido fácil, gracias a tener la sangre liviana y ver la vida como una fiesta, trabaja y estudia, como cualquier joven de aquella época que deseaba triunfar, empaparse de las leyes, así que, colabora con Roberto Guerson Méndez, en la Oficina de Recaudación de Hacienda del Estado.
Fue pupilo del reconocido abogado Norberto De’ Gyves Córdova, ya que nunca fue un universitario ordinario, sabía que lo suyo era el mundo del intelecto y por ello se aplicó, para luego ingresar a colaborar en el DIF Chiapas.
En la vida de todo ser humano, “nadie se casa con la esposa de otro”; reza un dicho popular. En 1991, una decepción amorosa, le regala a cambio el reencuentro con una amiga que conoció cuando él tenía 20 años y ella 13.
Ahora era distinto, ella tenía 17 años y su belleza se había multiplicado, así que decidió invitarla a salir una noche, y en aquellos años no había muchos sitios a dónde ir, así que la llevó a “Amadeus” y en el clímax de la noche, teniendo tal vez como soundtrack a Mecano, le declara su amor y se convierten en novios.
Sin nada que ofrecerle, el 4 de junio de 1991, tras la amenaza de que su amada regresaría a Mazatlán “porque el novio que tenía no le convenía”, René le dice -No tengo mucho que ofrecerte, estoy en el último semestre de la carrera, trabajo en el DIF, soy asesor de la Moscamed, pero mi amor es lo más grande que tengo y será para siempre ¿Te quieres casar conmigo?
Y esa misma noche “se la roba”, se van tomados de la mano a casa de los López Guillén, solo 100 metros de distancia había entre una casa y la otra.
Al día siguiente, el 5 de junio se casan en casa de Bernardo Thomas Gutú, e Iliana Rivas, su compañera de estudio quien era la oficial del Registro Civil los une para siempre. Por supuesto, me refiero a Isabel Muñoz, la mujer que se atrevió a caminar la aventura más grande de su vida al lado de nuestro estelar de Diario del Sur.
Y cuando el amor está a punto de turrón, la vida se pone de tu lado y aparece una amiga, Ana Cecilia Santizo, quien le dice, -Bancomer está solicitando abogados, ve y busca a Lulú Santos Sosaya.
Mercedes Tolibia se convierte en su jefa, por espacio de 4 años y, en 1994, el amor da su primer fruto y nace su hija Frida.
La vida de René López Guillen es una ruleta rusa que ha sabido disfrutar. Llega la reingeniería a Bancomer y es liquidado. Se titula, colabora con el grupo Naumann, lo auxilia el Lic. Luis Farro y se incorpora al corporativo con Antonio Díaz Athie, Marco Antonio Cancino y José Álvarez y ahí despierta su pasión por la abogacía.
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En el 2001 deja el corporativo y se asocia con Guillermo Cancino; litigan juntos y crean el Consorcio Jurídico Chiapas S.C. litiga hasta el año 2014.
El abogado, el hombre que ha conquistado todo, está a punto de que su vida de un giro de 180 grados, y entonces su esposa, mujer creativa, ingeniosa y con cerebro de fenicio, que hasta ese momento había hecho el mejor papel; “estar detrás de un gran hombre”, le dice que quiere abrir una microempresa, un proyecto ambicioso en donde las quesadillas gigantes atrae todos los reflectores por su tamaño, me requiero a “Doña Machetes”.
Es mayo del 2014, e Isabel Muñoz, se asocia con su hermana y emprenden este proyecto culinario en donde la sazón de Doña Gloria Solís, predomina. Sí, la suegra de Isabel y mamá de René, le da un curso que les salvaría su existencia y en donde la alumna superó a la maestra.
Poco tiempo después la sociedad se disuelve e Isabel, abre en el año 2015, sin socios un nuevo espacio culinario en plaza Galerías, en donde el éxito es grandioso hasta convertir en franquicia, las quesadillas “Doña Machetes”.
René López Guillén, sigue vigente como abogado colaborando en como director jurídico de la Vivienda Chiapas, cargo que le ofreció su buen amigo Nayo Thomas, en donde trabaja por última vez, está punto de despedirse de la abogacía.
Decide tomarse un par de meses para reflexionar y meditar y, cuando vuelve a la vida, nace un nuevo proyecto; abrir un puesto de tacos. Comparte la idea con la esposa quien lo cuestiona y él le dice que ahora en vez de hacer una cantidad, cocinará el doble, toda la producción saldrá para los dos negocios.
En noviembre del 2017. Un año después de la muerte de su señor padre, René López Guillén, deja la abogacía y se instala con 18 guisos a escoger. Abre un Foodtruck (restaurante sobre ruedas) con exquisiteces que han conquistado el paladar de todos y lo han convertido en un ejemplo de vida.
René López Guillén, es un extraordinario ser humano que todo lo que ha hecho le ha resultado bendecido por Dios, incluyendo sus tres hijos, Frida Renata, Diego Alejandro y la pequeña María Renne, hermosos con profesión, libres e independientes.
Cumple años el 15 de enero, tiene 56 años. Es un personaje que no le ha temido a nada, triunfó en el amor al tener a su lado a Isabel Muñoz Moreno, se ha arriesgado a hacer todo lo que ha deseado, es un próspero empresario de los famosos “Tacos de la Rana”, cultivó y les heredó una buena educación a sus tres hijos…
Qué más le puede pedir a la vida. René se ve antes del final de los días, viajando o estacionado en una casa de campo con ella, como aquel 4 de junio cuando le tomó la mano a Isabel, su esposa y seguir celebrando la vida… Y estoy seguro que lo conquistarán, porque René, nació para ser feliz.
Comentarios: morancarlos.escobar1958@gmail.com