El sector abarrotero se encuentra viviendo una de las peores crisis que ha experimentado en años, la inflación o aumento general de precios en nuestro país y la proliferación de tiendas de conveniencia en la ciudad podrían poner el último clavo al ataúd de estos tradicionales negocios.

De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en Tapachula antes de la pandemia habían 22 mil 557 unidades de negocio, sin embargo, ahora solo existen 15 mil 688 unidades de ellos, de los cuales 6 mil 969 son micro negocios, lo que presenta una reducción del 30 por ciento en los últimos tres años.

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Ante este escenario, el presidente de pequeños y medianos comercios de Tapachula, Walter Orozco, dio a conocer que poco a poco los tendajones de Tapachula y de la región Soconusco han ido decayendo drásticamente por dos factores principales, que son la llegada de las tiendas de conveniencias que se posicionaron del territorio y que tienen otras alternativas de ventas como las 24 horas u ofertas de algunos productos y áreas climatizadas.

Dijo que tan solo en el centro de la ciudad las "tienditas de la esquina", se han quedado sin posibilidades de competir ante el incremento de negocios de autoservicio de cadena nacional, por lo que muchos han optado por cerrar.

Señaló que antes habían unas 50 tienditas en el primer cuadro de la ciudad y ahora sí mucho quedan alrededor de 15 o 20, quienes prácticamente están agonizando.

Una de los propietarios de estos tendajones que tuvieron su auge económico hace unos 20 años, José Pérez, afirmó que la competencia de las tiendas de autoservicio lo ha orillado a bajar sus cortinas, a muchos de manera definitiva.

Indicó que otro de los factores por los cuales las llamadas “tienditas de la esquina” han ido desapareciendo es por la aparición de negocios clandestinos, pues consideran una competencia desleal en que esas tiendas no paguen impuestos y no esté reguladas por las autoridades.

Puntualizó que el factor precio de los productos los ha orillado a ir cerrando sus puertas, dado a que no es lo mismo que ellos, que pagan impuestos ante Hacienda tengan otros precios en comparación de quienes no facturan o que tienen una distribución masiva en caso de las tiendas de conveniencia.

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Su tienda es famosa en el centro de la ciudad, pero ha pensado seriamente cerrar sus puertas, ya que las ventas son muy bajas y no es costeable seguir atendiendo el negocio.

Reclamó que apenas a inicios de este año, tuvo que pagar más de 12 mil 600 pesos de impuestos, y que el año próximo seguramente subirá el monto, lo que en negocios clandestinos no existe ningún tipo de compromiso con Hacienda.

Lamentó que las tradiciones estén desapareciendo y su negocio era una de ellas, ya que tiene pensado cerrar sus cortinas el próximo año, una vez que termine la mercancía existente, y se decidirá dar a rentar su local, debido a que, piensa que de esa forma va a ganar más dinero.