Una nueva modalidad de tráfico de migrantes ha surgido en la carretera Costera, desde Tapachula hasta Arriaga, con motociclistas dedicados a trasladar a los cientos de extranjeros que a diario buscan llegar a la capital del estado y de ahí continuar su camino rumbo al norte del país.
A plena luz del día, decenas de “polleros” motorizados ofrecen sus servicios a los migrantes en diversos puntos de la carretera que conduce a Arriaga, ante la complacencia de autoridades del Instituto Nacional de Migración (INM) y de la Guardia Nacional, quienes permanecen inmóviles en sus retenes.
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Los ‘motopolleros’ circulan en los casi 300 kilómetros de la mencionada vialidad, en contubernio con choferes del transporte público federal, quienes a través de grupos de whatsapp se envían audios alertándose de retenes policiacos o percances en la carretera.
En un recorrido realizado por Diario del Sur se pudo constatar que a todas horas del día los migrantes usan las motocicletas para burlar los puestos de revisión migratoria establecidos sobre la vía federal y viajan sin ninguna protección e incluso, trasladan hasta cuatro personas en un solo viaje, que es más de lo permitido para estas unidades.
Juan, uno de los motociclistas dedicado a esta práctica ilegal, platicó con este medio y dio a conocer que les cobran entre 150 y 200 pesos por persona, aunque en cada unidad llegan a subir hasta dos extranjeros por viaje.
“A pesar de que sabemos que es un acto ilegal, no tenemos otra opción ante la falta de empleos. Con estos viajes llegamos a ganar hasta mil 500 pesos diarios”, señaló.
Dijo que el costo varía por la distancia del recorrido, pero regularmente movilizan a los migrantes entre 5 y 10 kilómetros, ya que sobre la carretera Costera hay muchos retenes de diversas corporaciones y ahí no pueden pasar.
“Hay muchos compañeros que se dedican a esta actividad, sabemos que es riesgosa pero no tenemos otra opción para llevar el sustento a nuestras casas, afortunadamente nos va bien cada día y hasta el momento no hemos sabido de que hayan detenido a alguien por trasladar a migrantes”, abundó.
Reconoció que trabajan en contubernio con los choferes de combis, quienes levantan a los migrantes en algún punto de la carretera o en las cabeceras municipales y se los llevan a los lugares donde están estacionados y al final les dan parte de las ganancias.
Cabe hacer mención que los “motopolleros” también mantienen contacto con los choferes del servicio público federal, quienes en este año aseguran tener mejores ganancias que en años anteriores, incluso esto les ha permitido renovar el parque vehicular de las diversas rutas en la Costa e Istmo-Costa de Chiapas.
Tragedia sobre ruedas
Cabe recordar que el 10 de octubre pasado, en un accidente de moto registrado en el tramo carretero Pijijiapan-Tonalá, un migrante haitiano perdió la vida y dos migrantes más resultaron heridos, luego de que una llanta explotara y se impactaran de frente contra una camioneta.
Posteriormente, otro percance tuvo lugar el 22 de octubre en el mismo tramo carretero de Pijijiapan a Tonalá, cuando una familia de migrantes compuesta por el papá, la mamá y dos menores solicitaron los servicios de un motociclista “pollero”, ya que su plan era llegar hasta el municipio de Arriaga. El saldo: dos migrantes lesionados, uno de ellos menor de edad.
Migración, una industria económica para muchos: obispo
El obispo de Tapachula, Jaime Calderón Calderón, lamentó el pasado domingo, la impunidad con la que operan tantas personas, entre estos los motociclistas, que lucran con los migrantes quitándoles hasta el último centavo, muchas veces abandonándolos cuando ya no tienen algo más que pagar.
Indicó que el flujo migratorio por la frontera sur ha despertado e iniciado una "industria económica" ilegal, en la que diversos sectores y personas, incluso autoridades migratorias y policiacas han aprovechado este fenómeno para vivir e incrementar sus ingresos de manera ilícita.
Puntualizó que muchas personas, cooperativas de autotransporte, autoridades civiles y migratorias, incluso, la delincuencia organizada ha visto en el fenómeno migratorio una forma de vivir.
"A lo largo de los casi 300 km de la carretera costera todos los días se pueden ver a grupos migrantes integrados por hombres, mujeres y niños trasladarse en motocicletas con la intención de avanzar al norte, cargando mochilas pesadas que hacen más lento y aparatoso el andar", sostuvo.