Tuxtla Gutiérrez. Bulimia, anorexia, trastorno por atracón y dismorfia corporal son trastornos alimenticios cuyos padecimientos psicosomáticos se derivan de una situación de angustia, tristeza o miedo, las cuales tienen también tienen una fuerte carga de género al ser las mujeres quienes más los padecen.
En el marco del Día Internacional contra los Trastornos Alimenticios, que se conmemora cada 30 de noviembre desde 2012, Tania Saavedra, psicóloga profesional, comentó que, hasta el momento poco se ha hecho para combatir estos padecimientos, pues los estereotipos de belleza que se les exige a las mujeres en la sociedad y en la familia, son la causa principal.
“Siempre hay un tipo de angustia en la forma de comer, esa angustia es la que no permite que el conectarse con la comida sea algo placentero y que se disfrute. Generalmente oscila entre la euforia, la culpa y la tristeza. Ahí vamos viendo que hay un trastorno en la conducta de la alimentación porque lejos de que se torne en algo placentero, se convierte en sufrimiento.
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Explicó que existen cuatro trastornos alimenticios. La anorexia nerviosa es la restricción en la comida y una obsesión por el conteo de calorías. “Cuando no es posible comer sin el conteo de calorías, ahí es un foco rojo que nos podría decir que hay anorexia”; dijo.
La bulimia nerviosa es cuando las personas se dan atracones seguidos de una purga, vómito o alguna conducta que compense el atracón. “Luego de una ingesta excesiva, surge angustia, culpa y tristeza, es tan fuerte que necesitan compensarlo con purga y/o vomito. A diferencia de la anorexia nerviosa, las personas con bulimia no bajan de peso”; detalló.
En el trastorno por atracón, dijo, no hay una angustia al comer, sino una angustia después de comer; sin embargo, no hay una actitud compensatoria, “ellos no se purgan, ni vomitan, ni se restringen, por lo que hay un aumento de peso y destaca la obesidad mórbida, donde la angustia y sufrimiento es latente.
Por último, Saavedra mencionó la Dismorfia corporal, que consiste en sentir vergüenza de la imagen personal, en la que hay una historia de dolor detrás de cada síntoma de conducta alimentaria.
Finalmente, indicó que los trastornos alimenticios requieren de mucha ayuda emocional y apoyo familiar, con el fin de que el paciente se sienta aceptado y amado tal como él o ella es.