Al celebrar el domingo del tiempo ordinario, el obispo de Tapachula, Jaime Calderón Calderón, habló nuevamente sobre la realidad social que enfrenta el país e hizo el llamado respetuoso a las autoridades civiles para atender urgentemente la situación de violencia actual por la que atraviesan las familias, la cual es visible a los ojos de todos.
Dijo que este problema de inseguridad es un signo evidente de que la iglesia católica está en la disposición de ayudar, en lo que a su misión compete, a afrontar este grave y dedicado problema social.
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Teniendo una poca asistencia en la misa dominical en la catedral de San José, el Obispo señaló que, el carácter profético de la iglesia no es para polemizar sino para reflexionar y confrontarnos desde el propio corazón hasta las estructuras que gobiernan para la resolución de conflictos que atañen a toda la sociedad.
Por otro lado, indicó que el mes de julio es tiempo de recolección y cierre de los ciclos escolares en todos los niveles de educación, en donde las circunstancias en las que se han desarrollado han sido peculiares en estos dos últimos años; aún así la creatividad y los medios empleados han hecho posible continuar con la formación académica.
Detalló que ahora los docentes y alumnos se disponen a disfrutar de un período de descanso y recreación, por lo que pidió a que este tiempo también sea una oportunidad para seguir formándose en la escuela de la familia, que invita a crecer en los valores de la sana convivencia, ayuda servicio, paciencia y colaboración.
"A quienes tienen la oportunidad de tomar vacaciones fuera, sean cautos y previsores en horarios, carreteras y velocidad para que puedan llegar siempre sanos y salvos a dónde se dirijan, felicidades para todos los que terminan sus estudios" abundó.
Cabe hacer mención que durante la misa dominical, el obispo realizó la celebración eucarística con la cual un buen número de niños y jóvenes efectuaron sus respectivas confirmaciones.
El sacramento de la confirmación permite a la persona que lo recibe acoger al Espíritu Santo en el corazón y recibir sus siete dones: la sabiduría, inteligencia, el consejo, la fortaleza, la ciencia, piedad y el temor de Dios.