El comisionado del Instituto Nacional de Migración, Francisco Garduño, fue captado ingresando al Aeropuerto Internacional de Tapachula, acompañado de algunos oficiales y el delegado de la oficina en Chiapas, Aristeo Taboada.

En su andar por esta terminal aérea, justo en el momento se daba el descenso de migrantes de un vuelo procedente de Estados Unidos, el titular del INM en México negó que su visita fuera para corroborar la operación de expulsión migrante.

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“Estamos aquí para supervisar instalaciones”, dijo brevemente y con gesto incómodo ante la presencia de reporteros.

Al cuestionarle sobre las deportaciones que se están realizando, donde Tapachula se utiliza como puente para sacar a cientos por la vía Talisman - El Carmen, Francisco Garduño únicamente negaba con un movimiento de cabeza.

La pregunta molestó al funcionario, que vestía con ropa blanca y un sombrero, por lo que el delegado en Chiapas de inmediato impidió seguir preguntando al jefe de los agentes migratorios en el país.

Mientras tanto, cientos de extranjeros eran subidos a camiones y trasladados hasta la garita migratoria con Guatemala, donde son echados a su suerte sin importar la nacionalidad de Centroamérica que sean.

Hasta entonces y a una semana de deportaciones masivas, el INM no ha emitido postura alguna ni pronunciado palabra en torno a la colaboración que tiene con el gobierno de Joe Biden para la expulsión de los centroamericanos.

Sólo en la semana por concluir, al menos 10 vuelos han llegado a la frontera sur con más de 700 extranjeros que han sido deportados bajo el Título 42 en Estados Unidos.

La labor de expulsión ha provocado ya que organismos internacionales y defensores de derechos humanos, pongan los ojos en esta situación que recrudece.